Análisis de la cancha del LAAC 2018: La paciencia será una virtud vital en el Prince of Wales Country Club

Análisis de la cancha del LAAC 2018: La paciencia será una virtud vital en el Prince of Wales Country Club

El cuarto Latin America Amateur Championship comenzará a disputarse este sábado en Prince of Wales Country Club, una cancha que muy probablemente recompensará la paciencia, una virtud que no suelen tener los golfistas jóvenes, fuertes e impulsivos.

“No es que pongamos a todos los jugadores jóvenes en la misma bolsa,” dijo Tommy Tangtiphaiboontana, el director del campeonato. “¿Pero esa es la norma, no es cierto? Todos quieren pegar driver, quieren bombardearla, quieren llegar en dos en todos los Par-5. Pero honestamente se puede jugar esta cancha muy bien haciéndolo de manera inteligente con la madera-3 y hierros desde el tee, ubicando la pelota a 20 o 30 yardas corta y simplemente poniéndola en juego”.

Habrá un total de 105 jugadores compitiendo en el cuarto LAAC entre el 20 y el 23 de enero en el Prince of Wales C.C. La admisión es gratuita y los espectadores son bienvenidos a asistir al campeonato, el cual le brinda al ganador un ingreso al Masters 2018, al igual que al The Amateur Championship, US Amateur Championship y cualquier otro campeonato de la USGA para el cual pueda ser elegible. Además, el ganador y sub-campeón tendrán exención para jugar la etapa final de la clasificación del Open Championship en Carnoustie y la clasificación seccional del US Open en Shinnecock Hills Golf Club.

El Prince of Wales Country Club fue fundado en 1925, y la cancha ha sido anfitriona de muchos eventos regionales y nacionales. Fue sede del Chile Classic, evento del Web.com Tour, entre 2012 y 2014, donde dos futuros ganadores del PGA Tour prevalecieron en ese momento: Kevin Kisner (2013) y Adam Hadwin (2014). Lo interesante es que ninguno de los dos es conocido en el Tour por pegarle fuerte, y el socio Roy Mackenzie concuerda con Tangtiphaiboontana en que aquí la precisión es mucho más crucial para el éxito.

“Para los estándares modernos, esta es una cancha corta, pero es muy angosta y el rough es tupido,” dijo Mackenzie, 51, uno de los miembros del comité del club para este torneo y quien ha jugado esta cancha desde los 10 años. “Como la he jugado toda mi vida, siento que es bastante sencilla pero lo importante es dejar la pelota en el fairway. Este no es el típico césped Bermuda que se encuentra en los Estados Unidos y que es aireado. Este pasto es realmente tupido y puedes perder la bola si no miras donde quedó.”

Mackenzie es la tercera generación de chilenos cuyos tatarabuelos emigraron hacia aquí. Jugó al golf mientras buscaba graduarse en Historia en la Universidad de Texas A&M, y, después de una larga carrera de golfista profesional ahora se dedica a organizar eventos para clientes corporativos. Tiene una advertencia para aquellos que intenten ser demasiado ambiciosos con los golpes desde el rough.

“Básicamente no puedes hacer otra cosa que sacarla a un lado,” dijo Mackenzie. “Si tratas de mover la bola alrededor de los árboles aquí, harás doble bogey en cinco segundos.”

Cinco años atrás, Kisner anotó 21 golpes bajo el par finalizadas las cuatro rondas para ganar por un golpe, y Mackenzie conoce el camino hacia el buen score en esta cancha.

“Si juegas de manera inteligente, y mantienes la paciencia, deberías tener 10 a 12 putts cortos para birdie en greens que son relativamente chatos,” dijo Mackenzie. “No son greens difíciles, pero tienen algo de movimiento. El tee del hoyo 14 [el punto más lejano hasta el clubhouse] es 18 metros más alto que el clubhouse – ese es un edificio de seis pisos. Realmente no lo notas, pero hay mucha pendiente y todo tiende a caer hacia el clubhouse.”

Un dato interesante es que los hoyos 8-9 y 17-18 fueron invertidos para este campeonato al igual que se había hecho en el Chile Classic. Eso significa que la ronda terminará los dos días finales en el hoyo 18, un Par-4 de 497 yardas que cuenta con un lago en la parte de adelante y a la derecha. Además, el par de la cancha esta semana será 71 en vez del Par-72 que fue usado en los tres Chile Classic.

“El 18 es un Par-5 convertido a un largo Par-4 con la opción de llevar el teehasta las 460 yardas,” dijo Tangtiphaiboontana. “Nuestro razonamiento fue que los tres pares 5 tuvieran entre 520 y 560 yardas y, con el calor y firmeza de los fairways, todos los pares 5 podrán alcanzarse en dos golpes, por lo cual quisimos agregar otro par 4 fuerte. Como el 18 tiene uno de los greens más grandes de la cancha, pensamos que sería un gran par 4 donde podían terminar la vuelta.”

Mackenzie advierte que dos pares 3 serán una dura prueba para los jugadores: el siete de 189 yardas y el 15 de 221.

“El 7 es muy difícil; no es tan largo, pero tiene viento a favor y es en subida por lo que será muy difícil dejarla en ese green,” dijo Mackenzie. “Probablemente estén jugando hierros 6, 7 o incluso hasta un 8, pero con la bandera en la entrada, no va a haber manera de frenarla. El green cae hacia atrás en la entrada y luego se aplana.

Elegir un score ganador no siempre es fácil, pero Mackenzie gustosamente nos brindó su idea: “Yo creo que cualquier score entre 12 y 16 bajo el par va a ganar. Si está nublado y sin viento, hasta podrían anotar 20 menos. Pero supuestamente tendremos viento en la tarde. Cuando sale el sol aquí, el viento siempre viene del sur y ese viento prevaleciente es un viento cruzado en la mayoría de los hoyos. Existen pocos golpes que son con viento totalmente en contra, salvo los segundos golpes en el 9 y en el 18.”

Tangtiphaiboontana sabe que será más difícil acertar los fairways si están firmes y rápidos, y el objetivo es que los greens estén en 11½ o 12 en el Stimpmeter.

“Lo bueno de esta cancha y el momento del año [verano], es que está seca; nuestra intención es que juegue firme y rápida, que sea más difícil atacar los greens. Y si igual fallas el fairway y terminas en el rough, no será fácil saber qué tipo de asiento te tocará”, recalca el director del LAAC. (LAAC Golf y Ron Driscoll/USGA)

 

Fuente: Golf Channel Latinoamérica – Foto: Enrique Berardi/LAAC

 
 
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