Golf en el Titanic
El trasatlántico más famoso de la historia de la navegación, conocido por su majestuosidad y las más modernas instalaciones que incluían hasta una Mini-Cancha de Golf, conmemora sus 100 años de haberse hundido el 15 de Abril de 1912 con una publicación de las fotos del Padre Browne, quien abordó por invitación en Southampton para bajarse en Cobb, Irlanda, antes de continuar a New York, salvándose él y las únicas fotos del Titanic
En 1985 cuando un científico explorador Robert Ballard descubrió los restos del Titanic en las profundidades del océano, el Padre Edward E. O’Donnell estaba haciendo un maravilloso descubriendo en Dublín, Irlanda, revisando en un baúl de papeles de Fr. Frank Browne, S.J. (fallecido en 1960) donde encontró unos 40 mil negativos de gran valor histórico, ya que entre estos estaban las últimas instantáneas del barco más famoso de la historia de la navegación, cuyo desastre alteró la confianza de la civilización occidental en el progreso.
El Padre Browne era un ávido fotógrafo, y tuvo la dicha abordar el Titanic en Southampton, Inglaterra el 10 de Abril para la primera parte de la travesía con el cuarto asignado A37 en la Terraza Promenade -1ra Clase, así como la providencia de ser una de las 8 personas que se bajaron la noche del 11 de Abril en Cobb, Irlanda, y el único que tomó fotos del Titanic, quien al escuchar del hundimiento se dio cuenta de su gran valor y pronto terminó negociando algunos negativos con varios diarios alrededor del mundo, reteniendo las fotos que montó en un álbum, y una de estas catalogada entre las mejores, era la de un niño de 6 años de edad de nombre Robert Douglas Spedden que jugaba con una especie de trompo en la cubierta, observado por su padre Frederick, lo cual atrajo la atención de otros pasajeros, cuyo registro estaba liderado por mucha gente adinerada de ambos continentes, como el magnate minero Benjamín Guggenheim, quien le dijo a una dama antes subirse al bote, “nos hemos puesto nuestro mejor traje, y estamos preparados a irnos a pique como caballeros”; el archi-rico John Jacob Astor y Sra.; el Major Archibal Butt; Isidor Straus, cabeza de Macy’s Department y su Sra.; Margaret Tobin Brown filántropo de la sociedad estadounidense, que se salvó y luego la llamaban la “Inhundible Molly Brown”; y los aristócratas británicos Sir Cosmo y Lady Duff Gordon.
Pesando unas 53.000 toneladas métricas y midiendo 882 ½ pies de largo, el Titanic era el más largo y grande trasatlántico de la época con capacidad para 3.547 pasajeros con todo y tripulación, aunque a bordo estaban 2.223 cuando el hundimiento _unos 700 sobrevivientes, y por largo rato era el más extravagante y espléndido. Contaba entre sus instalaciones un teatro, una variedad de elegantes restaurantes, cuartos de lectura y escritura, un gimnasio muy completo con máquinas fijas de remo y bicicletas, caballo y camello mecánico, cancha de squash, baño turco una barbería, la primera piscina aclimatada a bordo, una CANCHA DE MINI GOLF, salones de baile y unas cabinas de primera clase sin paralelo en tamaño y suntuosidad, y hasta un cuarto oscuro para fotógrafos amateurs. El Titanic prometía un viaje destellante para aquellos que podían pagarlo _precio tope de primera clase estaba en $4.350 (cerca de $50.000 en dólares de hoy). Superabundancia en casi todos los departamentos con una sola deficiencia: cargaba botes salvavidas para sólo la mitad de los pasajeros con capacidad para 2.200. El amplio y variado manifiesto de la carga –muy detallado por cierto, relaciona que a bordo había en inventario “30 CAJAS DE PALOS DE GOLF y raquetas de tenis A.G. Spalding” y “1 CAJA DE PELOTAS DE GOLF” provenientes de Sheldon, G.W. & Co., lo que presumiblemente confirma que si había un putting green en el Titanic, y que este estaba en la cubierta superior, cercano a donde casualmente jugaba Doug Spedden.
Con respecto al padre Browne –Francis Patrick Mary Browne, nacido en 1880 en Cork, Irlanda, era el menor de ocho hermanos y cuando era apenas un muchacho perdió ambos padres, quedando a cargo de su tío Robert Browne, Obispo de Cloyne, quien le compró a Patrick su primera cámara –Plaubel de fabricación alemana, y mientras estudiaba teología en Dublín, Browne recibió el ticket para la primera porción del primer viaje del Titanic. El joven muy emocionado abordó en Southampton para su corto viaje en este maravilloso trasatlántico, y cenando en salón de primera clase, comenzó conversación con una adinerada pareja de América, con quienes tuvo una divertida noche, hasta el punto que le ofrecieron pagarle el resto del viaje hasta New York. Muy agradecido le explicó que su superior nunca lo aprobaría este permiso, y debía desembarcar en Queenstown –ahora Cobb. Bajo el principio de “quien no arriesga no gana,” convencieron a Brown de bajar al Salón Marconi (mensajes) para solicitar el permiso al Provincial superior –por telegrama, quien le respondió: “Bájate del barco…Provincial.” Tres años más tarde se ordenó Jesuita, sirviendo en varias partes de Europa, así como con la Armada durante la I Guerra Mundial obteniendo la ‘Cruz Militar” por su valor en combate. Su fotografía titulada “Watch on the Rhine” se ha convertido en un emblemática visión de la I Guerra Mundial, así como el fotógrafo irlandés más importante de primera mitad del siglo XX.
Recientemente, y con motivo del 100º Aniversario del hundimiento del Titanic, el pasado 15 de Abril salió publicado un libro titulado: “Álbum del Padre Browne: Edición Centenaria” con las fotos del Padre Frank y editado por el Padre O’Donnell –quien encontró de nuevo el álbum de Browne, con el prólogo de Robert Ballard –quien localizó los restos en 1985, lo que garantiza un experiencia visual sin igual al meternos dentro de las imágenes capturadas durante su breve estadía a bordo desde Southampton hasta Cobb, cada una documentada como lo hizo en su propio álbum que armó en 1920, donde muchas de las personas que conoció fallecieron con el barco. Gran parte de este legado fotográfico le sirvió a James Cameron para la producción de la película Titanic que marcó récords de taquilla.
Otras de las suertes relacionadas con el Titanic y el Golf, trata de Catherine Mary Cassidy Brophy nacida en Irlanda en 1884 –conocida como “Tía Kate,” se fue de 16 años a trabajar de enfermera con una familia en Estados Unidos, y ésta se la llevó de viaje en trasatlántico con reservaciones para regresar en abril a América, nada menos que en el viaje inaugural del Titanic, y al saber que su hermano también iba al Nuevo Continente, decidió retrasar el viaje una semana para irse con él. Regresó a USA, se casó con Ed Brody y en 1914, a la edad de 30 años comenzó a jugar golf, mientras su esposo era el Head-Pro de Western Hills CC que ayudó a diseñar. Kate luego ganó el Campeonato de Cincinnati de 1926, 1927 y 1928, y en 1929 la USGA informó que había sido designada profesional, convirtiéndose en la 1ra Profesional del Golf en América, pero excluyéndola de los eventos aficionados, y se dedicó a enseñar.
No menos importante es destacar que este año también se cumplen los 100 años del nacimiento de tres grandes gigantes del golf mundial en 1912, también llamado “El Año que Cambió el Juego«, como lo fueron: Ben Hogan (63 victorias-4to/ 9 majors) considerado el golfista perfecto nacido el 13 de Agosto; Sam Snead (82/ 7 majors) el más ganador de la historia nacido el Mayo 27; y Byron Nelson (52-6to/ 5) ganador de 11 eventos consecutivos que fue el primero en nacer el 4 de Febrero.