Grandes hombres dejaron su huella en Izcaragua

Grandes hombres dejaron su huella en Izcaragua

La Casa Club del Izcaragua es testimonio de un pasado ilustre que reconoce su valor histórico y su trayectoria llena de episodios protagonizados por venezolanos orgullo nacional que gracias al golf se mantiene intacto

Alfredo Jahn HartmannLa historia de la Hacienda Izcaragua data del año 1715, cuando poco después se estableció como plantación de la Compañía Guipuzcoana cerca de 1828. En sus inicios la tierra fue dedicada al cultivo de uvas, mas tarde al de tabaco, caña y posteriormente, se convirtió en la principal procesadora de café de la zona, mucho del cual era exportado a España.

La casa colonial fue reconstruida por primera vez en 1831. Luego pasaron 150 años para que, en 1983, de la mano del reconocido Arq. Graziano Gasparini, se restaurara el diseño original y características particulares que hoy exhibe, convertida en la Casa Club de Izcaragua Country Club. En primer lugar y en honor a su historia, fue menester conservar el estilo de la Casa con su bella arquitectura del siglo XVIII, lo cual logró el eminente arquitecto tras planificar meticulosamente la restauración y al utilizar los materiales propios de la época, como las tejas, rejas voladas, la chimenea del trapiche, el patio de panela cocida y los muros encalados. La superficie total de la casona, incluyendo sus partes techadas, patios y algunos anexos, es de 3.470 mts2.

Durante el siglo XX varías familias habitaron la casona y desarrollaron la hacienda en forma agrícola. En 1906 el Sr. Ángel Rivas dio en venta a los hermanos Carlos y Alberto Droege la Hacienda Izcaragua por la cantidad de 148 mil Bolívares. En 1919 los hermanos Droege la vendieron a Alfredo Brandt y Vicente Vallenilla Lecuna quienes la mantuvieron en sociedad hasta 1938, cuando el Sr. Brandt adquirió la parte del Sr. Lecuna para vender la totalidad de la hacienda ese mismo año al Sr. Alberto Trujillo, quien mas tarde la traspasaría a Guillermo Matas. En 1952 la sucesión del Sr. Matas transfiere la propiedad de la hacienda al Sr. Walter Schlik, cuya familia fue la última en tener la casa como vivienda hasta el año 1972.

Son muchas las anécdotas de vivencias relacionadas con la casa y con la hacienda. La más trascendente y relevante confirma que Simón Bolívar pasó por Izcaragua al término de la Primera República en su salida a Oriente, cuando hizo un alto en la Hacienda, e incluso, tuvo la tuvo oportunidad (o el gusto) de bañarse con sus tropas en las cristalinas aguas de los ríos que surcan la propiedad.

Teniendo como base la Casona de la Hacienda Izcaragua, el día 3 de abril de 1.903, el Doctor Alfredo Jahn Hartmann (el más importante botánico y geógrafo venezolano), acompañado de su amigo F. Michaelis y del mayordomo de la hacienda Joaquín Martínez, inicia una exploración con su equipo de costumbre (barómetro Fortín No.2329, aneroide A Dorffel-Berlin, termómetros de Secretan, brújula de reflexión, nivel de Locke, etc.), que de acuerdo a su propia descripción, tenía por objeto “el reconocimiento de la fila de la Cordillera del litoral entre el Pico de Naiquatá i las cumbres de Meregote i Ceuta al N. de Guarenas, cuyas alturas habían sido exploradas por mi en 1.888.”

Como resultado de estas exploraciones, el Dr. Jahn dibuja un precioso mapa, a mano alzada, donde identifica las cumbres de la sierra y anota las elevaciones de todos los picos al este del Naiguatá: Naiguatá (2762m.), Camburí (2310m.), Castillos (2329m.), Orismao (2229m.), Cauta (2114m.), Tacamajaca o El Salado (2155m.), Pegual (2081m.), Arándula (1602m.) y Zamurito (2065m.), ya casi al norte de Guatire. Las mediciones del Dr. Jahn continuaron los días subsiguientes y determinó que, desde el nivel del mar hasta la Casa de Izcaragua habían 555,0 metros, y hasta el Pico Los Castillos había una elevación de 2329,8 metros.

El insigne pintor venezolano Federico Brandt y sus hijas – las también grandes artistas plásticas – Julia Brandt de Márquez y Mery Brandt de Villanueva habitaron la mansión y la hicieron objeto de su trabajo y de su talento.

La Hacienda forma parte también de la historia de la energía eléctrica en Venezuela por haberse construido en sus predios una de las primeras plantas hidroeléctricas del País como parte del sistema que servía a las ciudades de Caracas y Guarenas.

Esos grandes nombres que le siguieron al establecimiento español de la Cía. Guipuzcoana, desde Bolívar, Jahn Hartmann, y Brandt, cayeron en la mente ilustre de Gazparini con la Casa Club (el más importante arquitecto colonial del Siglo XX en Venezuela), en el reconocido paisajismo de Burle Marx, y en la exquisita cancha de GOLF de Joseph Lee (Grupo Disney), todos tres distinguidos con honores en sus labores.

 
 
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