¿Alcaravanes, por qué en los campos de golf?

¿Alcaravanes, por qué en los campos de golf?

Saber de ellos y conocer quiénes son es un privilegio que muy pocos disfrutan y por eso tenemos la dicha de presentarlos a los lectores de Fairway gracias a la colaboración de Vicky Vergara de Meissner

Los alcaravanes (Vanellus chilensis) son aves comunes que habitan en áreas abiertas con pastizales cortos como potreros o en arenales en sitios a veces húmedos, no necesariamente inundados. Se alimentan de insectos y vertebrados pequeños y de lombrices que encuentra en el piso. Los campos de golf construidos por el hombre son la imitación perfecta de su hábitat natural. Por eso los vemos allí, peleando por rincones de este territorio.

Hacen sus nidos en campo abierto. Son pequeñas depresiones con hojitas y palitos muy difíciles de detectar, con dos a cuatro huevos. Cuando un intruso se acerca realiza un vuelo de reconocimiento para volver al sitio del nido a dar la alarma. El intruso puede ser un biólogo que los estudia, un jinete que galopa o un jugador de golf, así que no se trata de algo personal.

Una vez el intruso – el jugador en este caso- se acerca al sitio de anidación los alcaravanes empiezan a emitir un llamado repetitivo, “teru teru teru,” que va creciendo en la medida que el jugador se acerca; uno de los padres, en la mejor de sus actuaciones, saca un ala como si estuviera herido y camina o hace vuelos cortos con dificultad para distraer al enemigo. O bien, alejándose del nido finge estar empollando delicadamente en un lugar falso. Los alcaravanes poseen en las alas unos espolones, prolongación ósea de color rojo que muestra en sus vuelos rasantes. En caso de amenaza por parte de aves rapaces o felinos, usa estos espolones para atacar y alejar a sus depredadores naturales. Para nosotros, sólo hay un vuelo rasante, tremendamente intimidante.

El sonido se vuelve estridente, fuerte y tan agudo que se puede oír a 200 metros de distancia. El coro lo componen los padres que están anidando o el trío de adultos   que se encarga de cuidar los pichones. A ellos se unen en solidaridad la bandada si está cerca. Las crías saben la situación de peligro y se agachan quietas  mimetizándose en la corta vegetación.

Ante tal despliegue es hora de alejarse, ojalá con el hierro de nuestra preferencia y/o la sombrilla apuntando al cielo para tomar distancia prudente de la situación que se vuelve alarmante, tanto para las aves, como para el humano. Y si es en un bunker, es aun menos divertido. La anécdota se cuenta con lujo de detalles en el hoyo 19.

Los alcaravanes habitan en toda Suramérica. En Colombia son familiares en campos de golf, como los de los clubes Campestre y Farallones de Cali, El Rodeo de  Medellín y Ruitoque de Bucaramanga, donde se ven en bandadas importantes. Últimamente, se ven individuos en los campos de golf de la Sabana de Bogotá. La distribución del alcaraván, pellar o tero, como es llamado, llega a los 2600 m sobre el nivel del mar y con registros hasta de 3100 m. Así que no están fuera de su rango, y no es extraño verlos principalmente en los campos de las periferias de la ciudad de Bogotá.

En algunos campos, el alcaraván con su distintivo copete detrás de la cabeza, plumaje color gris, de ojos y patas rojas, se ha vuelto una especie cotidiana que ha desarrollado cierto nivel de tolerancia hacia los jugadores (así como los jugadores hacia ella). En los campos donde es novedosa causa sorpresa, y entender su comportamiento puede cambiar nuestra manera de actuar hacia ellas, y ayuda a que las situaciones de alarma inesperadas se atenúen.

En campos de golf donde el juego es constante y donde las máquinas realizan las labores diarias de mantenimiento, los alcaravanes usualmente no tienen tiempo de montar sus nidos. La dinámica del campo funciona como un controlador natural. Sin embargo, encontramos a veces nidos en los tees de salida, en el rough o en alguno bunker. Lo sensible es colocar unas marcas para proteger el área donde se encuentra el nido y dar alivio sin penalidad por equidad (Regla 1-4).

Las Reglas de Golf consideran las situaciones en que está involucrada la fauna en el campo de golf. En el libro de Decisiones sobre las Reglas de Golf 2014-2015 hay una decisión específica, la 1-4/9 que habla sobre el alivio sin penalidad que debe tomar el jugador respecto a un nido de ave, por ejemplo; otras decisiones consideran situaciones amenazantes o peligrosas para el jugador. Consulte en la página de la Federación Colombiana de Golf, o al Profesional de Reglas de su Club para discutir la particularidad de cada caso.

Los alcaravanes son parte de las 1890 especies de aves silvestres que hay en Colombia, el país con más especies del planeta. Nuestros campos albergan y son hogar de paso de muchas de ellas y no las podemos ignorar. La mayoría menos ruidosas se hallan en los árboles (carpinteros, loritos, tangaras, atrapamoscas, etc.), mientras otras son conspicuas: garcitas rayadas en las orillas de los lagos y patos turrios y tinguas en donde hay papiros o juncales.

Conocer nuestras aves es un privilegio; favorecerlas con juncos en los lagos, árboles y nativos de todas las edades, y con frutos y flores, es una grata responsabilidad en este agradable espacio que podemos compartir.

Bibliografía:

  • Gallegos Luque, D. (1984) Aspectos de la biología reproductiva del Tero Común Vanellus chilensis (Gmelin). I: Comportamiento y territorialidad. Hornero 012 (03) : 150-155
  • Asociación Bogotana de ornitología, ABO.(2000). Aves de la Sabana de Bogotá)Asociación Bogotana de ornitología, ABO; Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR; Colombia

Corrector de Estilo:  Alejandro Bayer, PhD Filosofía  alebayert@gmail.com

 

 
 
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