Juan Sebastián Muñoz está en casa
El único golfista colombiano en el PGA Tour le abrió las puertas de su apartamento en Bogotá a El Espectador, antes de su actuación en el Country Club Championship, del Web.com, que comenzará este jueves. Ganó ese torneo en 2016.
Juan Sebastián Muñoz no tiene casa propia en Colombia. Desde que se graduó del colegio San Carlos de Bogotá se fue a vivir a Estados Unidos, en donde estudió Administración de Empresas y Emprendimiento, becado gracias al golf, en la Universidad del Norte de Texas. Cada vez que viene al país, llega al apartamento de sus padres, al lugar en el que siente el calor de hogar y donde se puede desconectar del todo para hacer una pausa en esa ajetreada vida de un golfista profesional.
En este lugar se respira golf. A la entrada están dos talegas marca Ping que tienen bordada la bandera de Colombia y el nombre “Sebastián Muñoz”. En el pasillo que conduce hacia la sala hay un tapete para practicar el putt. En el estudio, que está lleno de libros, también se pueden ver trofeos y medallas que ha ganado a lo largo de su carrera aficionada y profesional, al igual que algunos cuadros en acuarela y óleo en el que él es protagonista.
En la sala, sentado en un sofá de cuero café en forma de ele, mientras aprieta una pelota de espuma para relajar sus manos, Juan Sebastián le cuenta a El Espectador lo que significa para él estar en casa y jugar cerca de su gente, en su ciudad. Volver al campo en el que todo comenzó, en el que se hizo famoso en 2016 y se ganó la tarjeta para jugar en el PGA Tour, máximo circuito del golf mundial.
“Como mi trabajo es afuera, cuando vengo acá me gusta estar tranquilo. Ver series, jugar videojuegos, ir al gimnasio, salir a comer a buenos restaurantes. Disfruto con hacer cosas que he hecho toda la vida en Bogotá. No soy de moverme mucho, porque prefiero evitar el tráfico de esta ciudad”, reconoce el bogotano de 26 años que jugará desde hoy el Country Club Championship, el torneo más importante de Suramérica, que hace parte del Web.com Tour, segundo escalón del golf estadounidense.
Muñoz, ganador de este evento en 2016, cuando terminó con una total de 272 golpes (-12), luego de firmar rondas de 69, 66, 66 y 71, decidió volver a competir en este torneo con la ilusión de conseguir otro triunfo. En ese año tenía todo por ganar. Había recibido una invitación para jugar y sabía que si conseguía un resultado positivo podría encaminar su carrera como profesional. Esta vez es diferente, pues ya está consolidado en la élite de este deporte. “Obviamente quiero ganar, pero este es un evento que me ayuda a desenfocarme un poco de lo que estoy haciendo en el PGA Tour. Me ayuda a relajarme, a ver muchos amigos que no veo hace rato y a sentir el cariño de la gente”, asegura.
Esta es una semana diferente, que se la quiere tomar con profesionalismo pero también de una manera relajada. Normalmente, en los días previos al inicio de los torneos, los jugadores hacen rondas de práctica para conocer el campo. En esta edición, el certamen se jugará en las dos canchas (Fundadores y Pacos y Fabios). Muñoz no conoce el de Pacos y no lo hará hasta el primer día de competencia. “Llevaré a Felipe Pizano como caddie. Él es socio del Country y muy buen amigo mío. Tiene el récord de cancha en Pacos; qué mejor que él para enseñarme a jugar en este campo”, confiesa.
En 2016 era un desconocido para muchos. Llegó con un perfil que en ese momento le gustaba: siendo el “underdog”, ese por el que nadie da un peso, pero termina ganando. “Esa era la actitud del Sebastián del pasado, el tímido al que no le gustaban los favoritismos. Ahora soy diferente, he tenido un proceso de cambio en mi mentalidad como jugador y quiero que la gente me apoye, crea que puedo ganar. Haré todo por hacerlo”, dice con un tono mucho más seguro al que usaba tiempo atrás.
Ese proceso de cambio le costó lágrimas y frustraciones. Hasta pensó en retirarse del golf y gastarse sus ahorros montando un negocio lejano al deporte. Llegó un momento en el que su golf era muy poco para la exigencia del PGA Tour. Ni siquiera sabía con certeza para dónde iba a salir la bola antes de pegarle. Su mente era débil y si el primer tiro del día era malo, no volvía a pegarle bien. “Acudí al profesor Troy Denton, en Dallas. Con él vimos mi swing. Me pidió videos de los últimos años. Y más o menos descubrimos unas tendencias erróneas, las cuales estamos corrigiendo para compensar. Comenzó a volar mejor la bola. Al menos ya sé qué esta pasando. Antes era un juego de adivinar qué iba a pasar”, destaca Muñoz, quien agrega que “ya tengo más constancia, sé qué esperar y eso calma la mente. Ya no me siento ansioso y nervioso por el qué va a pasar”.
Este es un proceso que nunca termina. Siempre hay cosas por corregir y mejorar. “Me hace falta un poquito más de disciplina: a veces no estiro después de jugar, o no hago un buen calentamiento, o como mal. Pero sé que cada vez voy a ir mejorando”.
Por ahora seguirá disfrutando de este deporte, con el que espera seguir consolidándose en el PGA Tour. Pero esta semana será diferente, no habrá presiones. Solo quiere disfrutar en casa. Su casa.
Fuente: El Espectador