“Aprendí con el trabajo, la paciencia y la práctica…”

“Aprendí con el trabajo,  la paciencia y la práctica…”

Hizo su propio camino, dentro de la cancha, como para llegar a ellas, exportó su jugar, su poder natural, su don de gente y su simpatía protagónica, era un niño y se convirtió en el Maestro Roberto De Vicenzo, digno representante Latinoamericano, en exclusivo para lectores y seguidores de Fairway

Con más de 230 victorias de por vida, ocho títulos PGA TOUR, dos en el Champions Tour, un major (British Open’67), un 2do (Masters’68), E5 en el PGA Championship’54, E8 en el US Open’58, el Bobby Jones Award’70, como también ganó inaugurando el US Senior Open en 1980 _también major, y seleccionado para el Salón de la Fama en 1989, el argentino Roberto De Vicenzo es probablemente uno de los más grandes golfistas de todos los tiempos, y es latinoamericano.

Nacido de cuna humilde en los suburbios del norte de Buenos Aires el 14 de abril de 1923, se inició de caddie, se desarrolló en Ranelagh Golf Club, donde luego se residenció definitivamente en la ciudad del mismo nombre. Ganó su primer torneo en el Abierto del Litoral en 1942, compitió y ganó representando Argentina en su primera Copa Mundial en 1953 _en parejas, su primer major en 1967 que ganó, y el 1968 le sucede el desafortunado episodio en el Masters, firmando su tarjeta sin chequearla, que de haberla corregido, hubiera empatado con Bob Goalby y se hubieran encontrado en 18 hoyos el día siguiente en desempate, pero distraído firmó la tarjeta sin chequearla, y se convirtió en un hecho inédito y legendario por su comportamiento, y su actitud caballerosa y correcta. En 1970 fue seleccionado para el Premio Bob Jones Award, otorgado por la USGA en reconocimiento por el distinguido deportivismo en el golf. De Vicenzo terminó representando a su país en 17 ocasiones con un triunfo en 1953, y oficialmente retirado el 12 de noviembre de 2006 a la edad de 83 años. Participó en 44 majors, pasando el corte en 37, con 27 Top-25, 17 Top-10, 10 Top-5, seis 3ros, dos 2dos y una victoria. También representó a México en cuatro oportunidades mientras vivió en ese país por 7 años.

Gracias a la invitación de INPROTUR en diciembre 2013 con motivo del 108º VISA OPEN de Argentina, tuvimos la bella oportunidad junto a los periodistas invitados de compartir una charla personal con Roberto De Vicenzo, esta icónica figura del GOLF latinoamericano, definitivamente el precursor de esta disciplina en nuestra región, un digno ejemplo a seguir que ha dado muchos e importantes frutos latinos, y cuyas raíces continúan destacando cada vez más en los grandes circuitos.

Qué opinión tiene del golf Argentino profesionales y aficionados?
– “Bueno, el golf Argentino, como todo el golf de Suramérica, ha crecido mucho. Antiguamente, hace muchos años, era poco conocido, era un juego que la gente lo consideraba exclusivo, y muchos pensaban que era un juego de borrachos que venían aquí a embriagarse. La verdad que no fue así, aquí cuando llegaron los ingleses para armar los rieles del ferrocarril fueron a Chacos, sabían que había madera muy dura, y ahí fueron a sacar las maderas, cuando llegaron los ingleses, que mandaron aquí seguramente deportados porque habían sido bandidos, piratas, y les mandaban de castigo aquí, llegaban con una pelota de fútbol, con unas bolsas de palos de golf y una caja de whisky, y jugaban al golf.

Cómo te iniciaste en el golf?
– “Yo nací al lado de una cancha de golf, en el Deportivo Central Argentino, a 100 metros nada mas, y aprendí a jugar con una rama de árbol y un corchito, cuando era chico. Yo iba a hacer los mandados pegándole al corchito y descubría que si al corchito le ponía un clavo de un lado, volaba mas fuerte, si lo ponías de una forma volaba hacia allá, si lo ponías de otra forma volaba hacia acá, y le jugaba a los chicos amigos míos que lo tiraba con slide y con curva, y le hacia trampa. Le metía el clavito y le ganaba 10 centavos, con lo que íbamos al cine, pero yo siempre fui de habilidad para hacer las cosas. De chiquito también le hacía de caddie a Irineo Leguizamo, famoso jockey uruguayo (nacido en 1903) y Elías Altunes, más joven pero jockey igual y muy reconocido, justo cuando comencé a usar palos verdaderos. Cuando vine aquí de 18 años (Ranelagh Golf Club) en el año 42, esto era un desierto, no había nada, y con el tiempo ha ido cambiando. Ustedes ven, ustedes nacieron en un época que seguramente dentro de 40-50 años que pasen, el mundo cambia y cambia siempre para mejor. Yo conocí a mi Sra. en Ranelagh, vivía ahí mi Sra. (señalaba), y esta parte no existía donde estás vos, y de ahí yo le hacía señas para encontrarme con ella, y me casé con ella, y vivo con ella desde hace 70 años, tengo dos hijos: Roberto y Eduardo.”

¿Cómo fue la primera vez que salió del país?
– “Tenía una casa pequeña en Ranelagh, y fui cerca del cine Gran Rex para ver a un médico de nombre Cordero para pedirle $3.000, que en ese momento era una fortuna, quien me dio varias vueltas pero al final me dio el dinero, con tres cheques de $1.000 dólares cada uno, los que nunca utilicé y se los traje de vuelta, ya que gané dinero rápidamente en Estados Unidos y nunca tuve problema con el dinero, siempre me lo ganaba o tenía buena relación con alguien.”

Recuerdos de México
– “Yo tengo un buen recuerdo de México porque viví muchos años allá, como siete años. Viví en Churubusco y gané muchas veces allá (Tres veces el Chapultepec). Yo me fui a México porque viajaba a EEUU, y viajar de aquí a EE.UU me costaba un dineral, mucho tiempo, y para jugar bien tenía que estar, que se yo, 4-5 semanas y dejando a mi familia sola, entonces decidimos irnos a México. Nos fuimos a México.”

¿Cómo era ir de algún lugar del mundo hace 50 años?
– “Era distinto. Cuando uno llega otras partes del mundo, especialmente cuando las partes donde llegabas son más pobres que lo que uno espera encontrar, hay mucha pobreza, hay muchas cosas, yo me acuerdo que cuando fui a Inglaterra la primera vez, fui a hacer beneficios para la gente pobre. Y saben como se hacía el beneficio? Salía a jugar con otro profesional inglés, se llamaba Jhonny Murray, creo que se llamaba, y cada hoyo que jugábamos, si lo hacíamos bien nos tiraban al green monedas, libras los que tenían plata, y así jugábamos 18 hoyos, y había una Asociación, una sociedad de beneficencias que juntaban el dinero y luego se lo llevaban. Sólo uno jugaba por plata, y no me pagaban aparte. Me pagaba… de aquí de Argentina, para el viaje, y la estadía me pagaban ellos.

Estoy hablando del año 46-45. Había terminado la guerra, los alemanes le habían tirado a los ingleses bomba tras bomba. Londres estaba en el suelo, los ingleses que quedaban estaban heridos o las mujeres estaban sin dinero, eran viudas con hijos, muchas de ellas con hijos en la puerta de la calle, esperando que alguien les diera un ‘mango’ y tenían que abrir las piernas, sino no le daban nada. Era difícil, pero el mundo va cambiando y cada vez va siendo mejor. Mira la pinta que tienen ustedes, parecen millonarios todos (para lo que era en ese momento).”

Usted se considera autodidacta, o a quién atribuiría su formación inicial como golfista? De quien aprendió más?
– “Aprendí más con el trabajo, con la paciencia, con practicar, por ejemplo te explico: yo iba a practicar, vivía en un sótano aquí abajo, vivía solo, de noche no había nadie, me levantaba a la mañana cuando no había nadie, aquí no venía nadie y me iba a jugar con toda la bolsa y cuando volvía, empezaba a pensar como había hecho con este fierro, que había hecho con la otra madera, y tenía una confusión de cosas y un buen día digo yo: y por qué tener tanta confusión? Anda con un sólo palo y practica todo el día con ese palo, y haces todo con ese palo, podes hacer lo que vos querés dominar, dominar la pelota, manejarla, y si vos logras manejar con un palo, tenés que ser muy boludo para con todo el resto de los palos no hacer lo que quieras, sólo era eso, y así lo hice. Yo tenía un palo que casi ya se había hecho un agujero en el medio del fierro y trabajé mucho, hablaba con el árbol _la joda viene cuando el árbol te empieza a contestar. ¿Qué es la vida si no trabajas? Podes tener hoy algo, pero mañana ya no lo tenés, y para conseguirlo otra vez que tenés que hacer? Bajar el hombro o encontrar una mina que pague, hoy en día las minas no pagan ninguna viejo.”

Tengo entendido que usted ayudó a Ballesteros, en los comienzos le aconsejaba, quería contar algo sobre su relación con Ballesteros?
– “Ballesteros era un buen amigo mío. Cuando yo conocí a Ballesteros jugamos una vuelta de golf ,y cuando terminamos de jugar y entramos al comedor, había un empresario que más que un empresario era un buscador, explotador de algo, quería conseguir dinero de algo, era un americano que me preguntó: ‘cómo te parece?’ y le digo: ‘me parece bien, agarra a este muchacho que va con actitud Ballesteros.’ El papa de Ballesteros cuidaba unas vacas alrededor de la cancha de golf. Ballesteros aprendió alrededor de la cancha de golf, logró lo que nadie había logrado; fue famoso en el mundo por su juego, por su simpatía, y por su alegría, era un gran tipo. Tengo una anécdota con él porque una vez jugaba y llegamos a un lugar que tenía una vuelta así, y Ballesteros miraba y le digo yo: ‘cuando tenía tu edad, esos árboles los pasaba por arriba,’ entonces tira a los árboles y dice: ‘coño! cómo os hacías tú para pasar por arriba’, y yo digo: ‘bueno, tu tenés estos brazos, pero tú eres así de chiquito.’ Ballesteros fue mimado, fue casado con una de las mujeres de la hija de un millonario. Vivió una vida linda y se murió mal, se murió muy mal. Los hermanos Sota, yo conocí.”

¿Conoció a Gary Players?
– “Lo conocí y le llevo unos 10 a 12 años. Recuerdo que viajaba con nosotros cuando era un pequeño y yo iba con mi señora y él. Player me seguía y me iba a ver cuando salía de los búnkers cómo hacía para sacarla, y me copiaba. Al final salió muy inteligente y está recontra millonario, siendo Player hijo de un minero.”

¿Recuerdos de cuando ganó el Open Británico y el apoyo de su caddie Willy?
– “Willy fue un buen ayudante, no sólo en la cancha, sino que me llevó por toda Inglaterra, lo cual fue indudablemente importante, más cuando gané ese torneo (The Open 1967), cuando las apuestas estaban 70 a 1 en mi contra, y con 100 libras ganamos 7.000, y el inglés fue quien me propuso apostar. Yo era muy inocente en ese sentido, pero le dije siguiera adelante y ganamos 7.000, que en ese momento era un dineral, más que el premio que eran 2.000 libras. Para qué te digo la fiesta que realizamos (risas)...”

¿Qué pasó en el Masters en 1968?
– “Ese fue un error, el más beneficioso de mi vida, porque firmé más la tarjeta, cuando había hecho un birdie en el hoyo 17, y Tommy Aaron me anotó par, y quería hacerle birdie el hoyo 18 para batir el récord, pero en vez de birdie me fui con bogey y me quedé con la tarjeta y nunca chequeé el hoyo 17. Me dieron un golpe más y cuando me preguntaron los periodistas qué sentía, dije: ‘eso me abrió muchas puertas, hasta un comercial de televisión me hicieron, aunque el ganador, Bob Goalby no fue un buen amigo, ni un buen ganador, porque me criticó toda la vida y yo no tenía nada que ver, Goalby era un muchacho preparado, pero no fue inteligente. Y relación con Tommy Aaron no hubo, ese día se hizo el estúpido y se fue, ganando el año siguiente.”

Si hablamos de rivales importantes de la época, ¿a quién nos puede mencionar?
– “Contendores fueron todos. Cuando sales a jugar son 130 jugadores, nunca sabes, porque siempre hay un inspirado. Eso sí, Jack Nicklaus se inspiraba más seguido que los demás, y Arnold Palmer era un tramposo, y no es que hacía trampa directamente, pero cuando hacía un tiro malo e iba al público le pateaban la bola y la jugaba de donde se la dejaban, en cambio Nicklaus le pateaban la bola y la jugaba donde estaba. Palmer era muy querido, fue pionero, fue un gran animador del golf en estados Unidos, pero aprovechaba los beneficios de los espectadores.”

Recordando las fotos de la época con su foto en Venezuela, y me recuerda a Manolo Bernardes, ¿compitió muchas veces con él, su característica era que le daba muy duro a la bola, usted le da más duro que él y que recuerda con Manolo?
– “Si, si, yo me acuerdo. Manolo fue uno de los pioneros en Venezuela, y después yo jugaba mucho con él chico, y ahora de grande. En esa época, recuerdo un inglés que se instaló en Caracas Country Club, la cancha de golf de Venezuela, en Caracas, se llamabaHarold Simpson. Exacto! y se hizo muy amigo mío, muy admirador mío y de ahí llevábamos. Venía un americano que no me recuerdo del nombre y salíamos a jugar todos los días. Una linda cancha la de Venezuela, pero también fui una vez a jugar en el Junko Golf Club, que se veía el mar. Y bueno, yo le pegaba más duro que todos. Había un puertorriqueño que un día pegó bien una pelota, en viento a favor y con cancha dura, y dijo: Dónde está De Vicenzo que dicen que pega tan fuerte?”

Bibliografía: Wikipedia
Fotos: Fairway

 
 
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