Bajemos un cambio con Tiger
Todos estamos contentos con el regreso ya confirmado de Tiger Woods en el Hero World Challenge. No se puede mentir: el golf aún no encuentra una figura que se aproxime al nivel de impacto mediático que posee el “Tigre” desde hace más de dos décadas. Por eso es que la presencia en cancha del californiano de 41 años le hace muy bien a nuestro querido deporte.
Pero ante la reacción desmedida de algunos fanáticos -y también de algunos medios especializados y no tan especializados-, creo que esta vez hay que tomarse este “regreso” con mayor cautela. Claro, al parecer la última operación de Tiger en su espalda tuvo mayor éxito que las anteriores, pero aquello es solo parte de la historia.
Ya parecen ser más de cinco veces que escuchamos sobre el regreso del ícono del golf. Su cuenta de Twitter (@TigerWoods) está llena de comentarios positivos respecto a este retorno, así como también videos en que ejecuta tiros con la noticia ya conocida de que su doctor le dio “el OK para practicar todo tipo de golpes”.
Pareciera que hemos olvidado que este regreso ha sido anunciado mínimo una vez cada año desde 2014 y siempre con resultados negativos. Cada año que pasa se vuelve más difícil para que Tiger retome el nivel de un golfista Top 50 o mejor, y para qué decir un nivel de número uno del mundo.
Es por eso que vuelvo a la “otra parte de la historia”. Una cosa es que se mantenga sano por más de un año, lo que sería un triunfo. Pero la otra es que su regreso cumpla con las expectativas de verlo pelear por cosas importantes. ¿Alguien quiere ver a Tiger sano, pero solo luchando por pasar cortes?
Lo otro: creo que éste tiene que ser su retorno definitivo, lo que significará mayor presión. Dudo mucho que vaya a existir otro regreso si es que vuelven los problemas de espalda o no rinde a un nivel necesario para ser competitivo en el PGA Tour. El aspecto mental es un tema importante para un golfista y aún más para un Tiger que necesita evitar otro revés en su carrera.
Lo que rescato es que en redes sociales hemos visto a un Tiger que claramente ha aceptado sus errores (como su arresto por conducir bajo la influencia de medicamentos prescritos) y ahora se le ve con muchas ganas de retomar su actividad como golfista profesional. De hecho hasta publicó el emblemático “stinger”, tiro que causó gran expectativa entre todos los que desean verlo luchar próximamente contra Dustin Johnson, Rory McIlroy, Justin Thomas y/o Jordan Spieth, entre otros.
Pero nada de eso garantiza mucho de cara a su regreso definitivo en 2018. Quizás (espero que no) la emoción se nos pase luego del primer torneo en el que sienta algún malestar, aunque no sea en la espalda. Está bien ser optimista, pero también pienso que uno tiene el derecho a ser escéptico.
Además, lo que haga en el Hero World Challenge no será parámetro para realizar una evaluación categórica, tanto para bien como para mal. Es un torneo que se juega en una cancha que le acomoda, en un ambiente relajado como el de Bahamas y sin mayor presión considerando que el año pasado también regresó en Albany. Es decir, cuando vuelva a los torneos “por los puntos” del PGA Tour es el momento en que podremos celebrar su retorno con mayor seguridad.
Para concluir, personalmente no sé qué creer. Como fanática del golf de verdad espero verlo jugando a nivel profesional de nueva cuenta. Sin embargo, creo que lo prudente es esperar ver su desempeño en algunos torneos dentro de la próxima temporada para poder dictaminar si realmente Tiger “está de vuelta” o si solo fue una cortina de humo mediática para recordarlo como uno de los mejores golfistas de todos los tiempos y no como el cuestionado jugador ocasional en el que se ha convertido desde 2014.
Ojalá que Tiger me haga acabar con mi escepticismo en 2018. Por ahora, creo que es el momento de bajar un cambio y disfrutar de Woods sin hacerse mucha ilusión.
Por Nina María Iniestra de la Riva
Fuente: Golf Channel Latinoamérica