Chambers Bay: cuando el golf se volvió un deporte extremo y sustentable
Por Agustín Pizá
Pocas veces me había sentido tan emocionado por la llegada del fin de semana del US Open. No necesariamente por el bagaje que carga el segundo torneo más importante del año, sino por el lugar donde se jugará.
Poco a poco se hace más presente un movimiento más sano de cómo los campos de golf deben lucir. Lo que veremos en Chambers Bay es el extremo al que debemos llegar: un campo natural.
En las últimas décadas, la televisión y el “diseño contemporáneo” han causado enormes estragos a la naturaleza. Es hora de que los arquitectos, desarrolladores y golfistas enmienden sus errores, y acepten que hay que diseñar cómo se debe y no cómo se puede.
Esta cancha de cerca de 7,900 yardas tiene un solo tipo de pasto —fescue—. Esto no es usual. El aspecto rústico de Chambers Bay es un buen ejemplo de lo que debemos estar abiertos a aceptar como campo de golf. Fuera de algunos “Campos Sagrados” como Augusta National, esto que vamos a ver durante cuatro días es lo que el futuro nos depara, el regreso a lo básico, a lo natural, a lo “less is more”.
Crear campos de golf sobre terrenos abandonados y afectados
En 1945, Chambers Bay era un espacio concesionado para explotar grava y agregados. Apenas hace ocho años, después de entrevistar a Jack Nicklaus y a varios de los arquitectos célebres, el municipio decidió contratar a Robert Trent Jones Jr., arquitecto, hijo del legendario diseñador Robert Trent Jones, autor de varios campos de golf destacados alrededor del mundo, incluyendo el icónico Valderrama, en España.
Con una inversión de 21 millones de dólares (mdd), es el primer campo comisionado especialmente para albergar un US Open. Trent Jones aprovechó el terreno lleno de arena que dejó el banco de grava —la cual es perfecta para albergar un campo de golf—. Así, el arquitecto propuso una cancha purista, minimalista, caminable, sin cartpath y con pasto 100% festuca; una característica que sólo es posible encontrar en las costas del abierto británico.
Chambers Bay jamás se hubiera imaginado ser anfitrión de un major antes de 2030, pero el retiro voluntario de los candidatos Shinnecock Hills y Winged Foot Golf Club abrió una posibilidad y el municipio de Tacoma la tomó.
Ahora la comunidad espera una derrama económica de más de 130 mdd, en cuatro días.
La estrategia para ganar este certamen implicará ser muy estudioso, guardar driver en ciertos hoyos y ser paciente, muy paciente. Espero ver diferentes tiros creativos y mucho juego terrestre, quizá más putts que chips alrededor de los greens.
En cuanto a lo arquitectónico, una de las particularidades que más me llama la atención es la manera como distinguen de manera oficial el green. Con puntos blancos cada 30 cm, se diferencian y separan del fairway, ya que al ser el campo del mismo pasto y base arenosa, se confunden fácilmente los límites de área “poteable”.
En el recorrido de los 18 hoyos, varios presentan estrategias muy interesantes y cuentan una buena historia. Incluso se distinguen los tres tipos de diseño que busca un arquitecto en un buen recorrido: el estratégico, el heróico y el penal.
La estrategia del green del hoyo cinco es muy interesante, y siendo un campo tan “joven”, de seguro jugará muy firme. Es por esto que el pot bunker que defiende el frente del green es de cuidado, en el segundo tiro largo que exige el hoyo a los jugadores. Atacar el green de aire no creo que sea la mejor opción. Ya que la firmeza pudiera botar la pelota del green. Dependiendo de la hora del día, la mejor estrategia será un tiro corto de fade o draw a los costados y permitir que la pelota se incorpore al green y aproveche los flashes y contours convexos para acechar la bandera y terminar al centro del green.
Otro feature interesante es la particularidad de que el hoyo 18 y el uno sean “intercambiables”. En realidad es una propuesta sin precedentes para un torneo de esta envergadura, es decir, si el hoyo 18 juega como par cinco (598/496 yds), el hoyo uno juega como cuatro (604/525 yds) y viceversa.
La combinación y relación entre distancia del campo y posibilidad de castigo no es lo usual (Championship tees: Rating=78.1, Slope=146). Los campos británicos clásicos, al diseñarse hace más de un siglo, no presentan una distancia tan feroz. Será muy interesante el cuarto día ver el desgaste físico y mental de los jugadores.
Por las condiciones del lugar, el tipo de diseño y lo “joven” del campo, los competidores necesitarán mucha imaginación y paciencia para jugar esta cancha. Seguramente veremos varios golpes inusuales y jugadores frustrados.