De Vicenzo: la muerte del golfista honesto

Los greenes tomaron un color negruzco mediada la tarde del 1 de junio de 2017.Roberto de Vicenzo falleció al sur de Buenos Aires a los 94 años de edad.Él fue el máximo exponente de los golfistas ‘cancheros’, una estirpe en extinción, aquellos jugadores que superaron los obstáculos de clases iniciándose como ‘caddies’, él a los 9 años, y convirtiéndose en estrellas del golf mundial.

De Vicenzo ganó el Open Británico de 1967 en Liverpool, superando por dos golpes a Jack Nicklaus, pero lo que dejó verdaderamente huella para siempre fue la honestidad con la que admitió la culpa en la derrota del año siguiente en el Masters de Augusta. Un error de Tommy Aaron, el golfista que anotaba su tanteo en el partido, le quitó la opción de acudir a un desempate con Bob Goalby, que al final fue quien se quedó con la chaqueta verde.

Aaron puso que había empleado 4 golpes en el hoyo 17, cuando había logrado un birdie, y, con las prisas, De Vicenzo no vio el error y aceptó el tanteo. Irónicamente, Goalby había sufrido minutos antes lo mismo, pero él sí se percató que Raymond Floyd lo había escrito mal. «Los reglamentos están para cumplirlos», admitió sin reproche el argentino, que se ganó el respeto mundial. «¡Qué estúpido fui! Pero en realidad lo único que perdí allí fue la chaqueta, porque mi nombre quedó en el Masters para siempre», dijo años después.

Seguramente porque sufrieron caminos paralelos, Seve Ballesteros lo admiró como a pocos. También, como el cántabro, tuvo que apoyarse en un mecenas, Raúl Cordero, para ganarse la vida en Estados Unidos. «Me dio 4.000 dólares de los años 60 en cheques al portador. Como los baños estaban fuera de las habitaciones, me duchaba con ellos en los hoteles», dijo en una entrevista en La Nación. Ganó más de 200 torneos, la mayoría en Argentina, cuatro de ellos del PGA Tour. Pero, sobre todo, Roberto de Vicenzo fue uno de esos apóstoles que inventó un deporte que no existía en Argentina.

Fuente: MARCA