¿En qué está pensando Lydia Ko?
¿Qué características son las ideales o adecuadas para ser caddie de un gran talento?, ¿cuáles son las habilidades a desarrollar para poder trabajar con la número uno del mundo? Esos son algunos de los cuestionamientos que vienen a mi cabeza luego de analizar las decisiones tan apresuradas que viene tomando Lydia Ko (y su entorno) en los últimos meses.
La talentosa joven de 19 años es conocida no solamente por sus exuberantes resultados dentro de su corta pero impresionante carrera, sino que también por ser asesorada de forma exagerada por sus padres y también por sus contrataciones múltiples de caddies.
Con menos de cuatro años activa dentro del LPGA Tour, Ko ha cambiado nueve ocasiones de caddie…NUEVE (!). Sin embargo, las preguntas que busco resolver son: ¿a qué se debe tanto cambio?, y ¿qué tan bueno o malo es eso?
Y es que una vez más, “por decisión propia” y como “muestra de su madurez” tal cual lo expresa su representante Michael Yim, Ko despidió a Gary Matthews en una alianza que se extendió por solo nueve eventos. Si bien no hubo triunfos en esa temporada tan efímera con el ex caddie de Camilo Villegas, su desempeño fue de menos a más e incluso terminó con un buen segundo lugar la semana pasada en el LOTTE Championship.
Los constantes cambios de equipo de trabajo son, en mi opinión, un reflejo hasta cierto punto grave de la mentalidad de la jugadora. Lo primero que hace es ver que hay un desequilibrio en ella, el cual puede representar un problema profesional o hasta personal. Además, causa inseguridad y poco respeto hacia ella en el ambiente del LPGA Tour, donde hay caddies y entrenadores que duran por décadas con una jugadora.
Todo esto también pareciera reflejar que su carrera va en declive o estancamiento, puesto que detrás de ella vienen So Yeon Ryu y Ariya Jutanugarn como amenazas a superarla en la cima del Ranking Rolex.
Ko explicó que aún no encuentra un caddie con el que exista una conexión potente. En tanto, Matthews declaró que la neozelandesa tiene que “acoplarse pronto a la relación caddie-jugador, ya que es increíble que en una ronda completa la comunicación sea nula”.
A mi parecer, Lydia tiene que ajustarse a la realidad. Nadie que esté en la cima del ranking mundial puede permitirse estas inconsistencias. Primero, no habla bien de ella que responsabilice a otros de sus malos resultados. Segundo, crea desconfianza en el ambiente para futuros candidatos. Y tercero puede causar molestia entre las jugadoras, muchas de ellas que darían todo para estar en su lugar.
Y no se puede olvidar que a finales de 2016, Ko y su entorno también despidieron al prestigioso entrenador David Leadbetter. Eso acompañado a su cambio de palos de Callaway Golf a Parsons Xtreme Golf, otra decisión que ha sido cuestionada en Estados Unidos.
Creo que estos cambios tan radicales son por decisión propia, debido a una inseguridad que ella siente en su propio juego y resultados. Tampoco me parece nada conveniente que tome decisiones sin tener preparada una estrategia concreta de sucesión. No olvidemos que en el golf, tantos cambios no son sinónimo de progreso, puesto que en esta hermosa disciplina lo que más cuesta es ajustarse a lo nuevo.
Espero que Ko encuentre a su acompañante ideal, así como Phil Mickelson lo hizo en sus momento con Jim “Bones” Mackay. Sería una pena que Lydia se convirtiese en una nueva Yani Tseng en base a constantes inestabilidades y decisiones apresuradas.
Por Nina María Iniestra de la Riva – Golf Channel Latinoamérica