Johnson marca territorio ante Thomas y Woods
Dustin Johnson (-4) es un líder de otro planeta en este US Open, a la espera de que pueda llegar o no algún otro extraterrestre en los partidos de la tarde que se acerque a sus registros. Ha sacado el rodillo: hoy, vuelta de 67 golpes en un Shinnecock Hills ligeramente más ‘entrable’, si tenemos en cuenta que ya había cuatro tarjetas por debajo del par a mitad de jornada, por las tres que hubo ayer en todo el día. La mejor de todas ellas, por cierto, de un excelente Tommy Fleetwood (+1 y vuelta de 66), que se ha metido con todas las de la ley en la lucha por su primer Grande.
Lo avisaba su hermano después de la primera ronda: “nunca había visto a Dustin así de concentrado”. No mentía. Ni tampoco se trataba de una impresión errática, desde luego. D. J. camina con una mirada de determinación que no se conocía en alguien tan pasota en las buenas y en las malas. En este sentido, como muestra un botón. Preguntado sobre lo que hará este sábado por la mañana mientras espera su salida, aseguró sin pestañear: “estaré viendo golf, sin duda, bastante, lo que pueda hasta que me tenga que ir”. Metido hasta las cejas.
Tommy Fleetwood, la mejor vuelta del día, se ha metido con todas las de la ley en la lucha por su primer Grande
Nunca ha sido hombre de enunciar objetivos de epopeya, a él no le va eso de hacer historia, al menos de puertas hacia afuera; nunca ha sido tampoco de marcar territorio, pero vaya si lo ha hecho en estos primeros 36 hoyos ante el número 2 del mundo y pretendiente al trono, Justin Thomas (+4), y ante el ‘gran jefe’, Tiger Woods (+10), que parecían estar jugando otro campo. Tiger, casi con toda probabilidad, se va a quedar fuera del corte, superado de nuevo por errores puntuales, sobre todo en los greenes y sus alrededores. Y ello a pesar de un emocionante esfuerzo final que le llevaba a terminar la vuelta con dos birdies consecutivos para al menos dejarse una opción lejana. Ya veremos.
Insistimos: Woods está más cerca de lo que parece. Pero las últimas piezas del puzzle se resisten y la línea que separa una vuelta de 70 golpes de otra de 76 en un US Open es en ocasiones más delgada de lo que pueda parecer. Es su caso. Digamos que ha perdido el sentido oportunista, digámoslo así, que antes lo caracterizaba (no fallar nunca cuando más importante parecía no hacerlo), que no termina de amarrar ese ángel que vaya usted a saber cuándo se despidió. Pero no es una estrella apagada, ni mucho menos. Volverá a ganar. Y volverá a ganar un Grande. Se admiten apuestas.
Dustin Johnson: “Me siento muy cómodo en los greenes. Siento que tengo bien cogida la velocidad y eso que no es fácil por el movimiento que tienen”
Volvamos a Johnson, el tirano. Hoy ha incrementado el porcentaje de calles cogidas y greenes en regulación, pero sin duda ha marcado las diferencias con el putter. Hasta cuatro veces ha embocado putts delicados de entre uno y dos metros y medio para salvar pares, de esos que le dan un tinte u otro a la ronda y a la tarjeta (hoyos 14, 18 2 y 3). Pero es que además se ha hartado de acertar con la fuerza (no es nada sencillo en estos greenes) pateando desde media y larga distancia, cuando no enchufaba directamente un purito de birdie (en el hoyo 7 embocaba desde más allá de trece metros…). En esta versión es invencible. “Me siento muy cómodo en los greenes. Siento que tengo bien cogida la velocidad y eso que no es fácil por el movimiento que tienen”, señalaba al acabar la ronda.
Está más que dicho: la semana que patea rematadamente bien, gana sí o sí, porque su poderío en las demás parcelas es mayúsculo.
Fuente: Ten Golf – Fotos: cortesía USGA