La Pandilla de la Mata de Manzana
En 1908, con motivo del 20o aniversario de St. Andrew’s Golf Club, el club de golf más antiguo en Estados Unidos –mejor conocido como el “Apple Tree Gang”, el Presidente de Estados Unidos recién electo, William Howard Taft, era el orador de orden de esa noche
El primer golf jugado en Norte América que esté documentado fue en Charleston, Sur Carolina. Un periódico de Charleston, el Gazette, hizo una mención de una serie de eventos programados en el South Caroline Golf Club, cuya primera referencia apareció en 1786, lo que hace presumir que era jugado antes de esa fecha, y siendo un puerto importante de la costa este norteamericana, muchos mercaderes eran escoceses que obviamente tenían acceso a palos y pelotas para ser embarcadas a Charleston del exterior, cual es el caso de David Deas, quien manejaba una tienda en la calle East Bay recibió una mercancía en 1743 procedente de Port Leith, Escocia, que incluía 96 palos de golf y 432 pelotas.
Las referencias escritas de esta asociación retrata una organización básicamente social, lo cual luce apropiado para una puerto alegre como este, al reunirse periódicamente en Harleston Green, en un área entre lo que es ahora las calles de Calhoun y Bull, al este de Rutledge, donde ellos cavaban unos hoyos en la tierra y le pegaban a la pelota alrededor, lo cual servía para reunirse las damas y los caballeros de la época en la casa club llamada Williams Coffee House, donde tenían sus reuniones y degustaban buena comida y bebidas. Una fraternidad similar de golfistas fue formada unos años después en la vecina Savannah, pero podemos asumir con bastante certeza que los primeros golfistas en América jugaron en Carolina del Sur, muchos de los cuales eran descendientes de escoceses, jugando golf tan sólo 12 años después de la firma de la “Declaración de la Independencia,” o incluso hasta antes.
La primer club de golf permanente en Norte América fue en la frontera con Canadá en el Royal Montreal Golf Club establecido en 1873. El primer club de golf y cancha en Estados Unidos fue en White Sulphur Springs, West Virginia, fundado en 1884 con el nombre de Oakhurst Club, el cual sólo duró un par de años cuando sus miembros fastidiados del juego cerraron la cancha y dejaron crecer el monte, pero se dice que queda el hoyo uno en el Homestead resort como recuerdo del hoyo más antiguo de América. Como Oakhurst no se mantuvo, es reconocido el Saint Andrew’s Golf Club de Yonkers como el club más viejo de Estados Unidos, en New York.
El tan llamado “Padre del Golf en América” era un inmigrante de Escocia llamado John Reid. Reid había disfrutado el éxito como ejecutivo de una fundición de hierro (J. L. Mott Iron Works), en Mott Haven, New York, y buscaba una manera de usar su tiempo libre. Siendo escocés, él obviamente conocía el golf y le preguntó a su amigo Robert Lockhart, otro acomodado escocés viviendo en New York que jugaba en Musselburgh (cancha más antigua del mundo) de muchacho, que si le podía hacer un favor. Lockhard estaba por embarcar de regreso a Gran Bretaña y le preguntó si le podía comprar unos palos y pelotas de golf. Lockhard hizo su trabajo muy bien, se dirigió hasta St. Andrews en Escocia y fue a la tienda de golf del Viejo Tom Morris –famoso fabricante de palos, además de golfista y campeón del primer Abierto. Lockhard preguntó a Morris para enviar dos docenas de pelotas “gutta percha”; tres palos de madera; un driver, un “brassie” (madera 2), y un “spoon” (madera 3); y tres hierros, un “cleek” (hierro 1), un sand y el putter. El paquete arribó en febrero de 1888 (www.yonkershistory.org).
En un cálido mes del cumpleaños de George Washington el 22 de febrero de 1888, Reid se ingenió una rudimentaria cancha de tres hoyos en su pasto de vacas abriendo los hoyos con su “cleek”. Invitó a varios de sus amigos a presenciar una exhibición de cómo jugar golf esa tarde y aquellos que asistieron quedaron fascinados por lo que prometía el juego y sintieron que esa era una actividad que ellos les gustaría practicar. Varios concretaron sus pedidos para sus propios equipos de golf. Cuando el clima templado regresó en marzo, Reid y sus compinches retornaron con un grupo de palos de golf, algunas pelotas de “gutta percha” y unos corazones llenos de entusiasmo hacia el pasto de Yonkers para una amistosa ronda de golf, a jugar alrededor de una cancha de pasto tres hoyos, frente a una galería de vacas perplejas.
Más tarde en noviembre 14 de 1888, esos cinco de los jugadores que jugaban en el pasto del carnicero Shott se dispusieron a la casa de John Reid, quien tenía una cena de “particular significado.” Los invitados eran Harry Holbrook, Kingman H. Putman, Tallmadge, y John B. Upham, con ver la manera de perpetuar el juego en la cancha de pasto. Reid pensó que estaba formando un club que pueda proveer fondos para mantenimiento, mientras se cementa la camaradería que evolucionó entre un grupo de amantes del golf, de nombre Saint Andrew’s Golf Club –en reconocimiento a St Andrews. En esa reunión se definieron las responsabilidades, eligiendo a Reid por unanimidad para presidente, y a Upham secretario y tesorero, mientras los demás completaban la “Junta Directiva.”
Quedando todas estas resoluciones escritas en un libro de minutas que constituye hoy en día la ‘Carta Magna’ del golf en América –exhibida en el museo de la USGA, lo que los historiadores virtualmente por unanimidad coinciden con que es oficialmente el comienzo del golf en Estados Unidos. Para ese momento, el golf en Saint Andrews en 1888 era sin cuestionamiento alguno igual al que se juega hoy en día, pero no hay duda que era mucho más primitivo, con una cancha que estaba en una colinita y los fairways eran tan alto como el rough moderno, con unos greens que no eran realmente green, al menos después de unas semanas de jugar, cuando estaban pelados y llenos de polvo las copas de los hoyos y las banderas, con una casa club que estaba ubicada detrás del jardín de la casa de Theodore Fitch que daba con el pasto de juego, con un par de tablones sobre dos barriles vacíos donde había unos tobos de hielo y agua, constituyéndose así el 1er Hoyo 19 en América y el mismo que servía se convirtió en el primer superintendente de canchas de golf, ya que este cortaba el pasto y hacía trabajos de todo tipo, incluso de jardinero, que luego le pusieron una tienda.
Seis más se juntaron al grupo de santos ese primer año, haciendo un total de 13, y esa cantidad quedó por unos cuatro años, hasta que el club tuvo que ser reubicado por razones municipales de una avenida que atravesaba, en abril de 1892, cuatro cuadras al norte en una parcela de 34 acres con matas de manzana en el municipio de Weston, definitivamente un mejor lugar, en el tope de una colina con vista al río Hudson y las laderas de New Jersey. La cancha se diseñó en un día, sin hacer mucho, salvo podando una mata de manzana en particular, trazando en el árbol su diseño de seis hoyos, y fue justamente aquí que el grupo se convirtió en el “Apple Tree Gang,” cuya mata llevaba un banco que la rodeaba, donde cabían la mayoría de ellos, y cuyas ramas guardaban algunas botellas de Scotland’s, justo al lado del tee #1 y el último green, haciendo también de una especie de lockers, porque guindaban sus chaquetas, sus cestas de comida, completando así las características de un Hoyo 19. Situación que se convirtió en un hecho inconcebible para cualquier cancha no tener un árbol de manzana, era parte integral de una cancha de golf de reputación, era un símbolo de tradición y respeto a los pioneros.
Dos años más tarde, en 1894, tomaron posesión de la finca Odell en Grey Oaks, esta vez 100 acres tres millas al norte de la mata de manzana en Sawmill River Road, donde por primera vez el primer club de América tuvo una Casa Club. Sólo que esta estaba algo embrujada. Parece ser que una vez en esta finca fue usada para abordar a los trabajadores de construcción de un acueducto cercano, y uno de los estos murió en la casa, presumiblemente, en forma violenta. Algunos alegan que en esa casa aparecía el fantasma del trabajador, haciendo inconfortable estar en ella a los que la ocupaban, haciendo imposible alquilarla por largos períodos de tiempo. Indudablemente e incorregiblemente, los indetenibles de St. Andrew’s domaron las apariciones de sus residentes con indomable espíritu, y luego de exhibir una de las ramas del “Apple Tree Gang” original dentro de la casa club, se mudaron en mayo 11, tomando esta vez dos días para determinar el diseño de la cancha de golf de 2.382 yardas –esta vez de 9 hoyos, con el particular distintivo de que sus principales obstáculos eran paredes de piedra atravesando su fairway en siete de los nueve, donde el primer hoyo estaba resguardado con una trampa de arena con un prisma de grama de un metro 1⁄2 de alto y unos cinco metros de largo. Finalmente, es en 1897, después de tres años en Odell, los miembros compraron una tierra de 160 acres con alta densidad de árboles, un par de millas al norte del valle, de nuevo lindando con Sawmill River Road, para construir una cancha de 18 hoyos sobre las 5.000 yardas, con algunos hoyos jugados hacia abajo –con uno de 250 pies de caída, y otros hacia arriba, indispensable pegar duro para hacerle bajo store, mejor conocida como Mt. Hope, que después de varias remodelaciones –incluyendo el rediseño de Jack Nicklaus, agregando unas yardas más, mantiene gran parte de sabor original, cuyo precio costó la exorbitante suma de 1.500 dólares –hoy un millón.
De esta manera, al cumplir St. Andrew’s Golf Club su 20o aniversario en 1908, William Howard Taft dijo esa noche: “Cuando Yo supe de vuestro club –el más antiguo en el país, tenía sólo 20 años de edad, y me di cuenta que tengo jugando desde 1896, yo me sorprendí. Yo me sentiría desanimado, en relación con algún otro asunto, después de haber aprendido tan poca excelencia de este juego en tanto tiempo. Pero el golf es diferente a los demás deportes. Las líneas del Papa tienen mayor aplicación para esta disciplina que ninguno otro deporte que yo conozca: ‘Esperanza salta eternamente del pecho del humano; El hombre nunca está, pero siempre estará, afortunado.’”