Palmer-Bryan, prosigue el duelo en el PGA National

Segundo día y continuación del primero, con Wesley Bryan y Ryan Palmer calcándose resultados, uno con vuelta de 67 y el otro de 65, para seguir al frente, con uno de ventaja, del The Honda Classic

GolfConfidencial.- Ryan Palmer y Wesley Bryan, pónganle ustedes el orden que quieran, son los dos líderes del The Honda Classic a la finalización de la segunda jornada, ambos con un acumulado de -9 que certifica que, al menos de momento, no se van a dejar nada en el tintero, y marchan, golpe a golpe, a un ritmo frenético.

Eso sí, los demás tampoco aflojan y no les han dejado escaparse. Ni el malabarista Bryan ni el sufrido Palmer (tuvo que abandonar la competición para cuidar a su mujer, enferma de cáncer) han podido alejarse como para que el torneo fuese una batalla entre ellos.

Acecha con mínimas diferencias Rickie Fowler tras su segundo 66 seguido, buenos números para el norteamericano, que ahora sí parece centrado y efectivo en sus golpes, y justo por detrás, ya con -7, otro peligro como es Anirban Lahiri.

Peor le han ido las cosas a otros como Martin Kaymer (retroceso de la tercera a la séptima plaza empatado), Ian Poulter (caída de 23 posiciones, hasta el puesto 28) o Sergio García, quien ha visto como ha perdido fuelle hasta el puesto 48 tras una ronda no excesivamente mala de 71 impactos pero que se ha visto muy perjudicada por las vueltas tan bajas que se están logrando y que suponen que uno o dos golpes más encuentren grandes diferencias en la tabla.

El de Borriol se atascaba entre los hoyos 15 y 17, la temida ‘Trampa del Oso’, con un bagaje de dos bogeys y un par y aunque sus sensaciones y juego son buenos, cuenta con demasiados pocos birdies como para poder presentar mejores credenciales.

Un golpe por encima suyo y 20 posiciones arriba (vean lo que supone un solo impacto) está Rafa Cabrera Bello tras una ronda de 70 golpes (tres birdies y tres bogeys). Tampoco está ofreciendo mucho brillo el canario pero conociéndole, sabemos de lo que es capaz y no descartamos un final de fiesta de altura con sus palos.