Regreso al Futuro del Golf
Ahora marrón es el nuevo verde del US Open, y Pinehurst es el ejemplo a seguir para las canchas de golf que mejor quieren respetar el ambiente y el juego de golf
Cuando hablamos de la cancha para el US Open, ¿qué es lo primero que se nos viene a la mente? Rápidos greens y angostos fairways, pero muy probablemente la primera respuesta para la mayoría, es rough alto, ya que el segundo corte del US Open usualmente es uno de los más espeso y severo que se pueden encontrar en el mundo. Ese no fue el caso en Pinehurst No. 2 este año, no sólo no hay rough espeso, sino que no habrá rough del todo. Ninguno.
Pinehurst No. 2 es considerado un lugar para amantes del golf, y considerado uno de los hogares del golf americano. Ha sido sede de una buena parte de los grandes torneos, incluyendo los US Open de 1999 y 2005, pero la cancha que los jugadores se encontraron las dos semanas del 114º US Open y el 69º US Women’s Open no se parece a la jugada en previas ediciones, luego de la gran restauración que fue objeto a partir del 2010 por un costo de $2.5 millones de dólares, llevada a cabo ejemplarmente por Bill Coore y Ben Crenshaw, que con una duración de poco más de un año, le regresaron su carácter natural e histórico que una vez tuvo, así como sus estratégicas opciones de juego de esta obra maestra producto de la visión de Donald Ross.
Cuando el dueño Robert Dedman Jr. y el presidente del Pinehurst Resort, Don Padgett II concluyeron que las críticas de Pinehurst No. 2 eran válidas, por un lado alegando que se habían desviado de lo que era el diseño original de Ross, y por el otro, que sus escenarios se habían convertido en una presentación estética monocromática, verde sobre verde, para lo cual en diciembre del 2009, Padgett llamó a Ben Crenshaw y a Bill Coore para encargarlos de la restauración, y Crenshaw le respondió: “Restaurarla a qué?”
La respuesta era más compleja de lo que parecía. No sólo la cancha había evolucionado desde su fundación en 1907, sino que venía siendo sido altamente rentable en su actual encarnación. “Eso dependerá de ustedes dos,” respondió Dedman. Ambos aceptaron el reto, conociendo que tenían dos recursos donde indagar la orientación de la restauración: Una era el mismo Coore, nativo de Carolina del Norte, quien de adolescente en los 60’s regularmente jugaba el No.2 con un pase de $5 dólares el día. “Junto al Old Town Club en Winston-Salem, No.2 era la fundación de mi entendimiento de lo que era una buena arquitectura de golf,” comentó Coore, cuyos recuerdos de la juventud aportaron profunda conexión personal del Pinehurst No. 2.
La otra fuente de alimentación era la biblioteca del pueblo de Pinehurst, que tiene toda una sección dedicada a mantener vivo y accesible el pasado, “como con todo lo relacionado con Pinehurst,” dijo Coore, de donde encontraron un excelente material que sirvió de estudio, particularmente unas fotos aéreas militares de la época de la post-guerra de los Campeonatos Amateur Norte y Sur en pleno desarrollo. “Donald Ross completamente reconstruyó No. 2 en 1935 para la preparación del PGA Championship de 1936,” acotó Coore, “Esa es la cancha que estableció su reputación, y ese es el estilo que queremos recapturar con la restauración.”
Los coronados greens de Pinehurst son la característica que lo define, por lo que salvo uno que otro cambio menor, los arquitectos dejaron los superficie para el putt intactos. Los fairways, sin embargo, han sido dramáticamente ampliados, mientras el espeso rough del No. 2 _unidimensionales y trampas mutiladoras, dieron paso a escenarios de arena con pasto nativo, tal y como fue en su pasado histórico. “Mr. Ross pensaba que la arena era parte integral del golf,” descató Coore. “Los roughs están supuestos a lucir como lucen los escenarios naturales en los alrededores de Sandhills _área donde se encuentra Pinehurst,” aumentando dramáticamente su atractivo estético y recordación memorable.
Tal vez el aspecto más significativo de la restauración ha sido su impacto ambiental, ya que el dos veces ganador del Master, Ben Crenshaw, comentó, “se removieron 650 rociadores de agua, y ahora tienen el sistema de irrigación más alineado en el centro de los fairways, y sólo dos cortes de grama: greens y fairways,” pero además se extrajeron completamente 35 acres de rough, dejando a los lados del fairway “una combinación de arena y más de 200.00 arbustos, monte y plantas nativas, luciendo más en su estado original,” describió Crenshaw. El resultado es impresionante, porque “Pinehurst No.2 ha pasado de usar 55 millones de galones de agua anuales para irrigación a usar 15 millones,” manifestó Make Davis, Director Ejecutivo de USGA, sin contar menos abono, menos herbicidas, menos máquinas, menos mantenimiento.
Toda la región de Carolina Sandhills es una franja de dunas playa al sur del estado de Carolina del Norte que tiene unos 20 millones de años, considerada una de las superficies más antiguas de Estados Unidos, caracterizada por sus pinos, robles de Turquía, arbustos y monte autóctono que nace en la arena de la zona. De manera que, todo esta restauración es más acorde a lo que le corresponde a la zona por su condiciones geográficas, promoviendo un mejor equilibrio ecológico, respetando lo autóctono, acentuando aún más el ambiente natural de una fauna variada, colorida y rozagante, como es el caso del cardenal _ave oficial del estado de Carolina del Sur & símbolo del 69º US Women’s Open, el arrendajo azul o azulejo, carpintero cabeza roja, son de los más vistosos, pero también hay ave maullador o gato gris, halcones nocturnos y lechuzas, sin olvidar a la amigable ardilla zorro, muy propia de la zona de Pinehurst.
Uno pudiera preguntar por la jugabilidad de estas roughs nativos, pero los resultados fueron claros y evidentes, resultando mucho más jugables que los destructivos espesos roughs, al tiempo de ampliar las estrategias de juego con unos fairways 50% más anchos, invitando al jugador a un juego más creativo y desafiante de sus opciones en el campo. Hoy Pinehurst No. 2 es un reconocimiento a la obra de arte y herencia que nos dejó el maestro Donald Ross, es el propio regreso al futuro, porque involucra lo que fue su origen y lo proyecta a lo que será el futuro del golf en los años por venir. Una clara visión de futuro basada en la realidad del presente y construida sobre las bases de un pasado razonado y desarrollado, es el resultado de lo que hoy representa y constituye Pinehurst No. 2.
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