Una sensación que el golf no sentía hace 13 años
“El mejor jugador que nunca ha ganado un major” es el apelativo que nadie quiere recibir en el mundo del golf. Claro, con esa frase se reconoce que un golfista tiene el nivel para ganar alguno de los torneos “grandes”, pero que quizá no posee la fortaleza mental para conseguir dicho logro.
A lo largo de los años, algunos talentosos jugadores han tenido que batallar contra esa carga. Colin Montgomerie nunca se la pudo sacar de encima; Phil Mickelson la sufrió hasta que tenía 33 años; Lee Westwood sigue luchando sin éxito por no seguir los pasos de “Monty”.
¿Y Sergio García? En algún momento, parecía que el español ni siquiera tenía la esperanza de romper con su maleficio en los majors. Con 21 Top 10 y sin victorias en torneos “grandes”, muchos probablemente decidirían izar la bandera blanca para siempre.
“No soy lo suficientemente bueno para ganar majors, esa es la verdad”, manifestó García hace exactamente cuatro años en Augusta National.
Afortunadamente, ese García negativo, explosivo y errático parece haberse ido para siempre en 2017, dando paso a una versión más tranquila, madura y reflexiva. Y justamente eso provocó lo más importante: El Sergio sin majors también se fue para siempre.
De seguro que su ya cercano matrimonio con la periodista de golf Angela Akins lo tiene con otra perspectiva de la vida. Claro, los fantasmas de lo sucedido en Carnoustie en The Open 2007 probablemente estaban presentes este domingo en la ronda final del Masters, algo que es natural para cualquier jugador que perdió un major de manera dolorosa.
Y todos esos fantasmas, toda esa carga y toda esa presión desapareció luego de que Sergio embocara el putt para birdie que derrotó a Justin Rose en el primer hoyo extra en Augusta. Un momento que nos hizo recordar lo que sucedió hace exactamente 13 años, cuando Phil Mickelson acabó con su maldición en los majors con una memorable victoria en el Masters.
El golf necesitaba ver este final feliz, como también necesitaba ver a Phil sacándose la presión de encima tras años de frustraciones. Claro, precisamente no es un “final”, ya que al igual que Mickelson es muy probable que García sume algún otro major a pesar de sus 37 años. De todos modos, sí es un broche de oro que corona una carrera que merecía esto y mucho más.
Por supuesto que los primeros majors que ganaron Jason Day, Dustin Johnson, Henrik Stenson, Adam Scott, Darren Clarke y el mismo Rose fueron muy esperados por los seguidores del golf. Sin embargo, sinceramente, algo como lo de Sergio este domingo en Augusta no se vivía desde Phil en 2004.
Tras embocar su putt del triunfo, Sergio se inclinó para descargar toda la energía de años de frustraciones. Phil, en cambio, ejecutó en 2004 su famoso salto que dejó escapar las malas vibras generadas por sus derrotas anteriores en torneos de Grand Slams.
Eso fue lo único que diferenció las victorias de ambos en Augusta. Estamos hablando de dos jugadores carismáticos, talentosos y extremadamente populares que le han otorgado muchas cosas al golf como deporte. Al igual como sucedió con Mickelson en 2004, seguidores casuales de este deporte realmente querían ver ganar a Sergio este domingo.
Es por eso que hace 13 años que el golf no vivía algo así. Y el hecho que justo se diera en el aniversario número 60 del natalicio de Seve Ballesteros es la guinda sobre la torta del nacido en Borriol.
El golf ganó este domingo. Sin lugar a dudas, este deporte es mejor con Sergio como campeón de majors.
¡A celebrar España!
Por Fabio Ríos – Golf Channel Latinoamérica