Dentro y fuera del campo, Latinoamérica está para cosas grandes
Realmente me llena de emoción escribir esta columna.
Es que el corazón se recarga de energía cuando ves de lo que es capaz Latinoamérica en el mundo del deporte. Y no solamente como deportistas, sino que también como organizadores de eventos de talla mundial.
Acabamos de vivir un torneo del World Golf Championship en el precioso Club de Golf Chapultepec en México, y tuve el honor de asistir uno de los cuatro días de campeonato. Personalmente me lleve muchas sorpresas, pero la principal tiene relación con la extraordinaria organización.
Desde que llegabas al evento, el registro, el método de consumo, el transporte hacia el club y las facilidades dentro del campo hacían del WGC-Mexico un torneo pensado para el espectador, en donde te sentías como en casa, literalmente.
La mayor parte de los seguidores -como adivinando el futuro-, veníamos con en el grupo de Phil Mickelson, Hao Tong Li y Bubba Watson. Potencia pura, drives de aire de más de 330 yardas, hooks, slice, sacadas de trampa impresionantes, putts de más de 30 metros, adrenalina a todo momento.
Observé jugadores que no tenía la dicha de conocer que tienen todo para ser campeones mundiales. Hablo de Hao Tong Li y de Shubhankar Sharma, jóvenes chino e indio, respectivamente, que poseen juegos dignos de ganar múltiples majors.
Si bien tuvo una semana decepcionante si lo comparamos con el indio, puedo decir que el swing de Li es uno de los más impecables que he visto en mi vida; la simetría, la estética de su movimiento y la potencia que tiene al golpear los hierros es literalmente feroz. Estoy segura que con un buen entrenamiento y seguimiento por parte de sus profesores, pronto tendremos a un golfista de altísimo nivel, al igual que Sharma. De hecho, ambos ya están en el Top 70 del ranking mundial.
Y hablando de niveles, siempre en un torneo del PGA Tour o del LPGA Tour se puede sentir a nivel de cancha la potencia, la concentración y el profesionalismo de los participantes. No importa qué grupo sigas, siempre verás competencia interesante. Lo que vimos de Thomas y Mickelson fue sencillamente espectacular, con una victoria que en un principio parecía encaminada a las manos del primero con un águila espectacular en el hoyo 18, pero que finalmente terminó en manos del veterano Phil en un playoff. Esa es la belleza del golf, nunca sabes que va a suceder.
Ahora, para concluir me gustaría tocar dos puntos, el primero de ellos es que tenemos una nación rica y ávida de amor y pasión por el golf. Eso provoca eventos profesionales extraordinarios como el OHL Classic at Mayakoba, el Lorena Ochoa Invitational, este WGC, en su momento el Corona Morelia Championship del LPGA Tour y otros más. Tenemos el clima, ambiente, público y el profesionalismo para sostener torneos de estas magnitudes, y sobre todo para abrirle (como siempre lo digo y lo diré) las puertas a amateurs que poseen la oportunidad de vivir su sueño aunque sea por un fin de semana.
Y para concluir el otro punto es de reflexión. Me di cuenta que los eventos de PGA Tour-WGC tienen mucho más (excesivamente hablando) apoyo económico, organizacional y hasta político que aquellos del LPGA Tour, y ¿saben qué?, ningún circuito es mejor que otro, ambos son igual de competitivos, excelentes, y emocionantes, es un tema cultural y eso YA DEBE CAMBIAR.
Como aficionados al deporte, como medios de comunicación, golfistas, etcétera podemos generar un cambio en donde se apoye de igual forma al circuito femenino, pues mientras en uno “no alcanza y no hay espacios en televisión” como en el Lorena Ochoa Invitational, en el otro (WGC) se desbordaba la inversión, los canales de deportes, periodistas, patrocinadores. Y eso también afecta al presupuesto destinado a las ganancias para las mujeres golfistas, en donde la número uno del mundo recauda lo mismo que el jugador numero 25 en el ranking del PGA Tour.
Eso ya no debería seguir pasando, hemos demostrado en el deporte que las mujeres tenemos todo el mismo potencial, y que si queremos que esta disciplina prospere en Latinoamérica, es urgente promover ambos circuitos con sus respectivos talentos, y torneos.
Así que sigamos apoyando este deporte, todos sus circuitos, porque en Latinoamérica (y en México) podemos hacer historia y ser la fuente principal en todo aspecto de golf.
Estamos para cosas grandes… ¡Así que vamos por todo!
Fuente: Nina María Iniestra de la Riva – Golf Channel Latinoamérica