Un día con la futura mejor golfista de México
“Todo el mundo piensa
que la grandeza es sexy, pero
no lo es, es sucio y duro trabajo”
Ben Hogan
Desperté muy temprano, por costumbre o por la ansiedad, no lo sé. Mi día inicia a las 4:30 hrs. Pero hoy, puedo dormir dos horas más.
Esteban y Héctor pasan por mí, una broma por WhatsApp me deja saber que han llegado: “¿Bajas o grito el gaaas?”, preguntó Esteban (¡Adivinaste mi respuesta!) Pero no, no gritó.
Llegamos al campo de golf Pachuca en la homónima ciudad, antes de la hora pactada. Fuimos directamente a desayunar y minutos después, inclusive antes de los alimentos, apareció en el verde horizonte nuestra anfitriona. María vestía los colores de nuestra bandera. Orgullosa, gentil y educada saludó a todos los presentes en el restaurante ¡por su nombre! Luego se unió a nuestra mesa.
Ya en el campo, el buen gesto de María se repite: saluda y la saludan. Conoce a todos los personajes desde hace 12 años cuando se inició en este mismo club: jugadores, profesores, caddies, personal de mantenimiento y de servicio. Su humildad y sencillez la hacen brillar, es grande, también en su deporte. Solo por mencionar algunos de sus logros: en marzo del 2016, María alcanzó el número uno del ranking colegial de golf en Estados Unidos. Fue la primera mexicana en conseguirlo desde que Lorena Ochoa lo obtuviera cuando María apenas tenía dos años de edad, en el 2000. Actualmente, María Fassi es 38 en el ranking mundial amateur, la mejor mexicana en esta lista y anhela dejar huella, como Lorena.
Por alrededor de cinco horas experimenté un deporte que me resultó por demás fascinante. Desde la técnica, el respeto y la convivencia que propicia el golf, lo hacen en adelante uno de mis favoritos. Descubrí en María a una joven inteligente, disciplinada, apasionada, generosa, bella y ¡muy divertida! Con una familia con el corazón más grande que su apellido.
De la infinidad de personas que día a día se cruzan en tu camino ¿a cuántas de ellas puedes calificar de “grandes personas”? Creo en la primera impresión, ese primer sentimiento inspirado por un individuo, que no dictará el juicio que debamos emitir sobre él o ella, sino que será una pequeña muestra de la grandeza muchas veces oculta en los detalles. Hay que estar atentos, con los ojos tan abiertos como el corazón, porque “la grandeza no es sexy, es duro y “sucio” trabajo”, del que no todos estamos dispuestos a realizar. Del que no todos somos capaces.
Fuente: La Ficción – Twitter @jackie_felix