Grupos de trampas
El agrupamiento de trampas centralizadas usualmente divide el fairway en dos secciones y representa dos o más maneras de jugar el hoyo.
Por Arq. Agustin Pizá
Este bloque puede estar localizado en cualquier parte del campo, pero lo más común es encontrarlo en el área de aterrizaje principal o en un segundo tiro de un hoyo para-5. Tienden a ser alargadas y angostas, generalmente presentadas diagonalmente; sin embargo, en algunas ocasiones encontramos esta misma presentación en trampas redondas estilo pot bunker. (Foto A)
Otra asociación de trampas son las trampas en grupo. En ellas el concepto principal es mostrar grupos de tres o más bunkers. Debido a esto, se convierten en las agrupaciones más numerosas, cuyo cometido es definir el campo y crear contrastes en áreas que exigen un remate visual. Además, caen en la descripción de direccionales (direccional bunkers), pues señalan que no debes orientarte hacia ellas.
Un tercer tipo son los grupos diagonales, que, como su nombre indica, son una serie de trampas dispuestas en forma diagonal cruzando el fairway. Este tipo de asociación es muy estratégico por representar para el golfista un riesgo-recompensa, al proponerle decidir si quiere aceptar el reto de pasar la trampa más lejana para obtener una inmejorable posición en su segundo tiro. (Foto B)
El agrupamiento de trampas que enmarcan está ordenado en pares o en series de pares, ubicadas en lados opuestos entre el fairway y el green. Esto delimita el área de aterrizaje y las entradas al green, retando al jugador a pegar entre ellas o por encima, y exhortándolo a planear exactamente dónde el tiro debe caer y qué ángulo quiere tomar para realizar el segundo golpe.
En los campos antiguos este tipo de trampas se localiza por lo regular a 200-220 yardas del tiro inicial, pero en la actualidad se deben situar entre las 240-270 yardas, con la intención efectiva de personalizar la imperfección de un tiro.
El grupo escalonado representa una variación del anterior. Se caracteriza por esquematizar los pares de trampas a diversas distancias, escalonadas y no una frente a la otra. Este arreglo invita al golfista a especular qué bunker tendrá mayor efecto de acuerdo con su nivel de juego, descartando la mayor amenaza. Es un tipo de acomodo que incita al golfista a pensar no sólo en la distancia, sino también en la colaboración de su golpe.
El último grupo lo constituyen las trampas circundantes, que son exclusivas para proteger al green. A veces se presentan en hoyos cortos que por su naturaleza no exigen distancia pero sí una certeza en el tiro; por ello, el green merece ser protegido al ciento por ciento. (Foto C)