La difícil tarea de mantener un campo de golf

La difícil tarea de mantener un campo de golf

Las dos cosas más difíciles de un campo de golf son por un lado que venga gente a jugar y por el otro mantener el campo.

Hoy te voy a contar la segunda parte, con ayuda de personas que saben muchísimo más de esto que yo, los greenkeepers… no les gusta que les llames Jefes de Mantenimiento 😉

Me resultaría complicado expresarlo mejor que Javier Fuentes, head-greenkeeper de Palomarejos Golf, nos cuenta la Teoría de la Mesa.

Siempre pongo el mismo ejemplo, si alguno de vosotros tenéis jardín en casa y os trae por el camino de la amargura tenerlo bien, imaginaros un campo de golf, que tiene 45-70 hectáreas de césped si eres un campo grande y 20-30 hectáreas si eres más pequeño como mi caso.

Hay muchos factores que hacen que mantener un campo de golf una tarea muy complicada y en muchas ocasiones estresante.

Ser vivo

Un campo de golf es como una «persona«, se pone malo, tienes que curarlo y hay veces que tarda más de la cuenta en recuperarse.

Por eso cuando un día amanece y tienes una enfermedad en las calles que te ha llegado a colonizar los ante-greenes, no sirve con hacer un tratamiento de emergencia y al día siguiente está bien.

En muchas ocasiones hay enfermedades que tardan meses en recuperarse en su totalidad, hay muchos tratamientos preventivos (podríamos llamarlos vacunas) pero no conozco a nadie que controle el 100% de las posibles enfermedades de un campo de golf.

Por cierto, te suenan estas enfermedades:

Antracnosis

Antracnosis

Fusarium

Fusarium

Hilo rojo

Hilo rojo

Dólar

Dólar

Pythium

Pythium

Y un largo etc de enfermedades, es algo difícil mantener esto, no crees?​

Hay veces que no depende de tí

Esta es una gran verdad, cuantas veces hemos tenido el campo espectacular y de repente te cae un chaparrón de los buenos y todo el trabajo se pierde.

Me viene a la mente las inundaciones del sur de Andalucía este año, campos totalmente inundados (en esto soy especialista, mi campo se inunda 2 veces al año por un mal diseño de una carretera) o en Alicante recientemente.

Ante eso no podemos hacer nada, no estoy tratando de ponerme en un extremo, pero la realidad es así.

Depende de la humedad, del viento, de la lluvia, de la calidad del agua; factores que en la mayoría de las ocasiones no podemos controlar.​

Cambios de planificaciones en los campos de golf

Aquí somo los máximos «culpables» la mayoría de los gerentes de golf, muchas veces volvemos locos a nuestros greenkeepers.

Cuantas veces hemos dicho que la semana de pinchado era «x» y una semana antes lo hemos cambiado porque nos había entrado el super torneo y no podíamos hacerlo esa fecha.

Nosotros solo pensamos en el ingreso del torneo pero nunca en el trastorno que hacemos al equipo de mantenimiento, en que esa fecha seleccionada no es el azar, ya que va en función de temperaturas, de humedades, de fases de crecimiento de la planta.

Pero queridos greenkeepers tenemos que deciros algo que se me quedó grabado:

«Dame dinero y mantengo el campo, sin dinero por muy bien que planifiquemos no podremos hacer nada»

Esta es otra realidad, para realizar todas las tareas necesitamos ingresos por el contrario no serviría para nada que tuviéramos una planificación de 10.​

 

Javier Fuentes
Head Greenkeeper Palomarejos Gof

El trabajo del Greenkeeper es como una gran mesa apoyada sobre 4 patas:

  1. Salud del césped
  2. Presupuesto del club
  3. Condiciones para el juego
  4. Expectativas del cliente/jugador

Cada una de las patas por separado es clave para el buen funcionamiento, pero todas dependen de las demás, y si una falla la mesa se cae al suelo.

El césped es un ser vivo que necesita cuidados, alimentos y agua para sobrevivir. La planta está sometida constantemente a estreses que intentarán doblegarla (pisoteo del jugador, siega de las máquinas, calor y frío, humedad y sequía, enfermdades, plagas, etc).

Para evitarlo y mantenerla en perfecto estado necesitamos una partida presupuestaria, la cual a veces es insuficiente, pero con la que tienes que jugar y adaptarte lo mejor posible. Aunando planta y presupuesto, debemos preparar el campo de juego con las mejores condiciones posibles, aunque a veces estamos a merced de los elementos (meteorología, averías, plagas y enfermedades).

Finalmente, suponiendo que hemos sido capaces de mantener al césped vivo y saludable, de cumplir con nuestro presupuesto, y de preparar el campo en las mejores condiciones posibles, ahora nos enfrentaremos a la pata más inestable de nuestra mesa: Las expectativas del socio/jugador.

 

 

Fuente: Hablemos de Golf

 
 
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