El éxodo del golf venezolano
Cada vez son más las familias de los venezolanos caddies, jugadores, profesionales, superintendentes, dirigentes, profesores, promotores, incluso gente de los medios especializados de golf que han visto la necesidad de buscar residencia en otros países buscando mejor futuro
Caracas, Venezuela, 21 de Abril 2018 (www.revistafairway.com).- Recientemente terminó el evento de mayor tradición en el golf venezolano como lo es el Abierto de Venezuela, por ser el torneo de mayor edad y jerarquía en la historia de esta hermosa disciplina deportiva y Olímpica en el país, la cual ya cumplió los 100 años de haberse iniciado su práctica en “Las Barrancas” (Antímano) en 1917, y no faltó la reflexión.
Fue un evento lleno de personajes e historia, la cual se inició en el Caracas Country Club en 1957 y 61 años después se celebra su edición No. 34 en el mismo club ante un numeroso público, el cual está celebrando este año su 100º Aniversario desde que el 13 de Febrero 1918 se formara el Caracas Golf Club, más tarde Caracas Country Club, cuyas innegables raíces tienen su razón de ser en el golf.
Los resultados no pudieron ser más estimulantes, al ver al novato profesional George Trujillo de 22 años ganar el evento más importante de la historia del golf nacional, compartiendo laureles con el mejor aficionado del 34º Abierto de Venezuela y estudiante senior de Lynn University Manuel Torres, y ambos al lado de la mejor aficionada y sensación del golf juvenil venezolano, Vanessa Gilly, todos de la nueva generación del Golf en Venezuela.
Eventos de este nivel abren oportunidades para todos los segmentos involucrados, todas ellas de gran importancia para aquel que desea extender su carrera en el golf en el exterior, como es el caso de la gran mayoría de los nuevos talentos venezolanos. En el caso del joven profesional larense, la edición 34º es parte de la Dev Series del PGA TOUR Latinoamérica, con lo cual Trujillo conseguirá puntos en la Orden de Mérito y asegura su puesto en la Final de la Dev Series al concluir la temporada, con opciones de seguir escalando su camino en el terrero profesional hasta el máximo nivel. Del lado de los aficionados, éstos ganan buenos puntos para el Ranking Mundial (WAGR) que los ubica y asciende en el escalafón, hasta llegar a ser parte de los equipos nacionales e invitados al Latin América Amateur Champioship (LAAC), cuyo premio mayor es un cupo para jugar el Masters de Augusta.
Sin embargo, en la actualidad no se deja sentir la ausencia de muchas figuras del golf venezolano, nos referimos a caddies, profesionales y superintendentes, así como jugadores, promotores, profesores, proveedores y dirigentes, incluso gente de medios y patrocinantes, el éxodo es completo y amplio de todo lo largo y ancho del país, algunos se van con planes definidos y otros se van a la buena de Dios, buscando nuevos horizontes con familia y todo, en algunos casos se van primero las esposas con los hijos y los maridos siguen detrás, y en otros casos, primero se va el hombre y luego se trae al resto de la familia. El común denominador es que actualmente no ven futuro en el país y sus familias sufren constantemente los peligros de la violencia, la falta de seguridad, de medicinas y alimento, son los temas principales, pero la falta de trabajo pagado en una moneda estable es la gota que derrama el vaso, ya que el dinero cada vez alcanza menos y el bolívar está en caída libre.
Cuando decimos que se han ido muchos conocidos del medio del golf en Venezuela, hablamos de profesionales y superintendentes de golf que residen en el exterior, como Marco Vinicio de Lacavalerie, Diego Larrazábal, Francisco Alvarado, Eddy Martin, Víctor Fookes (William también), los morochos Vallenilla, Claudio Rivas, Hnos. Sauce, Julio Nutt, Wilmer Centeno, Rafael Machado, Manuel Bermúdez, Jesús Santander, Armando Torrealba, Juan Piña, Luis Fleury, Ricardo Lyon, Carlos Larrain, Eduardo González, Salomón Vallés (Super), Gustavo Betancourt, Francis Betancourt, José Daniel Ortega, Alexander Capitillo, Otto Solís, Miguel Martínez, Rafael Guerrero, Felipe Velázquez, Alfredo Adrián, Nicolás Cavero, Wolmer Murillo, Verónica Felibert, además por supuesto de Jhonattan Vegas que hace vida en el país del PGA Tour, y así muchos otros más. Y no estamos incluyendo a la gran cantidad de atletas venezolanos que forman parte de los equipos de golf de universidades en los Estados Unidos, quienes seguirán el camino donde los lleve este deporte Olímpico.
Pero éstos no son todos, hay una gran cantidad de caddies que se han ido a pie, en autobús o en cola, buscando trabajo y futuro con sus respectivas familias, pero también hemos sabido de jugadores (no estudiantes) que se ven obligados a buscar cualquier oficio que les permita mantener la calidad de vida de su grupo familiar, hijos que dejan a sus padres, hermanos y sobrinos, profesores de golf que persiguen mantener su poder adquisitivo y saciar el hambre, narradores de noticias, etc. La huida es total y desgarradora en términos de la familia del venezolano, ya que esto es una muestra de lo que pase en el resto del país en todos los sectores, donde incluso en el mundo del golf, la familia del golf nacional se ha visto desmembrada, desarticulada, desfigurada e incluso invadida, con el peligro de desaparecer más canchas de golf, a la merced de los gobernantes de turno en busca de sus intereses personales y la virtud de los dirigentes y amantes del golf genuinos que quedan en el país.
Los actuales momentos para el golf en Venezuela son para actuar unidos, trabajar por un solo objetivo que no puede ser otro que el desarrollo y el crecimiento de este deporte en el territorio nacional, seguir sembrando el golf en el país en los menores, seguir abriendo puertas para la práctica de esta disciplina en clubes e instalaciones de práctica, insistir en colocar este deporte como uno de los que componen el menú de opciones a nivel estudiantil, hacer todos los esfuerzos para que este juego sea inclusivo y abierto a todo el que quiera jugarlo, y no dejar de fortalecer los principios y valores que son parte vital de este deporte, sólo así podremos compensar el desmembramiento de la familia del golf venezolano, sólo así podremos amortiguar los efectos del éxodo del golf en Venezuela.