Semblanza: Un ejemplo de integración
Reproducimos esta muestra de vida y trabajo y aplicado escrito de Arnaldo Salazar Raffalli con motivo de los 90 años del Señor Claudio Tarbes, quien además múltiples y bien reconocidas labores y roles, fue de lleno un amante del golf, destacando no sólo como jugador, sino también como superintendente, dirigente, promotor y juez de reglas del golf
Para Creole, o cualquier otra empresa extranjera, siempre fue un reto integrarse a la comunidad donde operábamos. Maracaibo, por su importancia como primera ciudad petrolera y segunda ciudad en población de Venezuela, era un claro ejemplo por donde debíamos afianzar el proceso de integración.
Claudio Tarbes, quien estará arribando a sus 90 primaveras, supo cumplir esa importante función allí, y por ende, destacaremos su actuación en dos etapas como empleado de Mercadeo Nacional, y luego como Gerente de Relaciones Públicas de la División de Occidente.
Claudio, descendía de dos familias de la ciudad de Valencia, hijo de Roberto Rafael Tarbes Becerra y de Mary Llanos Arroyal, nace el 13 de abril de 1927 en Paris, Francia donde residían sus padres. Regresan a Venezuela y Claudio viaja a Estados Unidos a cursar estudios universitarios en las universidades Texas A & M y Texas A & I no obstante, no terminó sus estudios por enfermedad de su padre. Allá se inició en la práctica de la equitación, la cual continuó en Venezuela llegando a formar parte de nuestro equipo internacional con victorias en los juegos bolivarianos en Caracas, donde en la prueba de clausura obtuvo medallas de oro y plata con dos caballos distintos, además ganó pruebas en Perú y en Francia, adonde fue enviado a la Caballería Francesa con miras a participar en los Juegos Olímpicos de 1952 en Helsinski, en los cuales finalmente no pudo participar por problemas con la caballería del equipo venezolano.
Valga mencionar que su hermano Jack, un año menor que él, se graduó con honores en la Universidad de Georgetown en Washington como Relacionista Internacional y luego ingresó a Creole, donde hizo una brillante carrera llegando a ocupar la presidencia de Lagoven.
El 14 de abril de 1951, hace 66 años, contrajo matrimonio con Yolanda Otero López y tuvieron cinco hijos, Dinorah, María Elena (QEPD), Roberto (QEPD), Annabella y María Virginia, con sus 8 nietos y 9 bisnietos. Lamentablemente dos de los hijos fallecieron. Cabe mencionar que uno de sus nietos, hijo de Dinorah, llamado como él Claudio Rivas, se destacó como juez de golf y ahora es Director de Torneos de la PGA TOUR para Latinoamérica con base en Orlando, Florida.
En 1954 ingresa a Creole Petroleum Corporation en el Departamento de Mercadeo Nacional y es asignado a Maracaibo como Supervisor de Ventas, y en 1973 fue promovido a Gerente del Distrito Occidental de Ventas. Estando en esa posición y debido a que la Creole había donado los equipos de riego para la cancha del Maracaibo Country Club, el grupo de Perforación se ocupó de perforar los pozos de agua e instalar los equipos, y el Gerente de la División Occidental, Preacher Eldridge, quien supo que Claudio era socio del club, le pidió mantenerse pendiente de la buena marcha del Maracaibo Country Club. Esta misión fue cumplida exitosamente por Claudio.
En ese club fue miembro activo, siendo primero secretario de la Junta Directiva y luego Presidente. Allí aprendió todo lo relacionado con el juego de golf, desde como jugarlo, incluyendo el mantenimiento de canchas y las reglas del juego, pasando el examen de reglas de la United States Golf Association (USGA) con excelente nota, fue también destacado jugador, y en 1986 fue el ganador de la Copa Junta Directiva Lagoven.
En 1975 el Gerente de Creole de la División de Occidente, Al Nugent, pidió que Claudio fuese transferido al Departamento de Producción como Gerente de Relaciones Publicas, y en ese cargo sería ratificado en 1976 por Lagoven, hasta su transferencia a Caracas en 1984 como Sub Gerente del Departamento de Relaciones Publicas, cargo que desempeñó exitosamente también hasta su jubilación el 1 de mayo de 1987.
Considera Claudio que sus años en Maracaibo fueron los mejores momentos de su vida por el conocimiento que tuvo de los representantes de Creole y a partir de 1976 de Lagoven, así como de los superiores que tuvo, y por supuesto, de los numerosos amigos que hizo en esa ciudad, hasta el punto que en 1976, año de la nacionalización, era Director de la Cámara de Comercio de Maracaibo, y por petición del presidente de Lagoven Guillermo Rodríguez Eraso a PDVSA, el General Alfonzo Ravard aprobó que siguiera en esas funciones a pesar de ser una empresa del estado, y siguió como director de la Cámara hasta su transferencia a Caracas en 1984.
Claudio llegó a convertirse en el hombre de la industria en la ciudad de Maracaibo, al punto de que Alberto Quirós Corradi como presidente de Maraven, opinó que ellos no necesitaban un hombre en Maracaibo ya que allí estaba Claudio Tarbes representando a toda la industria petrolera. Ese fue Claudio en Maracaibo, y debo además agregar que en el Maracaibo Country Club, por su capacidad gerencial y su desempeño como golfista, fue también un icono.
Con su llegada a Caracas, además de su trabajo en Lagoven se incorporó al golf organizado, su gran diversión, su hobby, su pasión. Fue electo como director de la Federación Venezolana de Golf, dirigió unos 30 torneos de la federación, fue el capitán del equipo venezolano en un Mundial Juvenil de Japón, y en un Torneo Sudamericano en Uruguay.
Después de su jubilación en 1987 fue contratado como director de torneos de golf Profesional en una organización llamada, TPG de Venezuela y en esa función dirigió 42 torneos en el país.
Cuando se decidió reconstruir la cancha de golf de Morichal se contrató a la firma de la familia Miartus para esa tarea, en los años 80 la gerencia de Oriente le pidió a Claudio que actuara como el arquitecto de la cancha, supervisando el trabajo de los Miartus. El aceptó gustosamente pues ya tenía la experiencia de la remodelación de la cancha de Tía Juana. Esa cancha de Morichal, Claudio conoció a los 8 años de edad al muchacho donde éste aprendería a jugar y se convertiría en el golfista venezolano más famoso de nuestra historia, Jhonattan Vegas. La cancha quedó en muy buen estado y eso también se le debió a Claudio.
Además, desde su cargo de Relaciones Publicas, fue factor muy importante en la relación de la junta directiva de Lagoven con el grupo de jubilados de EEUU, la Creole Annuitants Association (CAA), que celebraba sus reuniones anuales en diferentes ciudades de ese país. Claudio coordinó las charlas de los directores de Lagoven y fue tan exitoso en ese trabajo que ha sido el único venezolano nombrado para integrar la junta directiva de esa asociación (CAA). Antes y después de su jubilación estuvo 14 años en esa tarea tan importante para mantener los nexos de amistad entre los Creoleros americanos y los venezolanos.
Recuerdo que personalmente me correspondió dictar la charla de 1987 en Tampa en el mismo mes de la jubilación de Claudio, y al día siguiente de la reunión recibió la infausta noticia del fallecimiento en New York de su hermano Jack.
La anécdota golfista que recuerdo de Claudio fue, que jugando una partida de práctica antes de uno de los torneos Lagoven en Tía Juana, en la cual participaron conmigo, además de Claudio, los amigos ya fallecidos Pancho Moreno y Edmundo Ojeda. Claudio era el bueno de la partida con hándicap de 8, pero ese día jugo muy mal y Pancho comentó jocosamente que ese hándicap se lo había ganado en una rifa. Claudio por supuesto lo tomó como era una broma de amigos.
Resalta también su carácter estricto en el rol que asumía al ser invitado como “Juez” de Golf, donde su rectitud lo hacía ser intolerable en el cumplimiento de las reglas de ese deporte que conocía ampliamente. En marzo 2008, la revista Fairway lo contrata como juez de salida del hoyo 1 para el 34º ProAm Junko, celebrado del 12 al 16 de Marzo, haciendo equipo con el Comité de Competencia integrado por Diego Millán, Pedro Centeno y su nieto, Claudio Rivas, donde también asistió José Medina como juez de cancha.
En el año 2009 Claudio y Yolanda decidieron mudarse a Margarita donde ya residía su hija Dinorah, y allá están felices y tranquilos recordando los buenos tiempos en Maracaibo, Caracas y otros sitios donde vivieron o visitaron. Conversando con Claudio, nos enfatizaba que, “yo disfruté mucho el tiempo que viví en Occidente por estar relacionado, entre otros, con Brigido Natera, Joe Gracey, Armando Segnini, Alfredo Gruber, Roberto Mandini y Arnaldo Salazar, con quienes compartí en la División de Occidente, y luego, en Caracas, cuando estuve en la Sub-Gerencia del Departamento por la presencia de Luis Moreno Gómez.” Por supuesto, en este 2017 Claudio y Yolanda estarán celebrando los 66 años de casados y los 90 de edad de Claudio.
Gracias Claudio por esa vida dedicada a Creole, a Lagoven y a tus múltiples amigos. esta semblanza simplemente es un pequeño homenaje que tú te mereces, y Yolanda, tu compañera de vida también. Arnaldo Salazar Raffalli febrero de 2017.